lunes, 26 de mayo de 2008

Crisis alimentaria

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Cómo estará de grave la crisis alimentaria que afecta a nivel mundial pero que impactará negativamente en México, que Felipe Calderón ya lo ha definido como asunto de Estado, por lo que ha ordenado 19 acciones en apoyo a la economía familiar, para hacer frente al alza internacional de los precios de los alimentos.
Entre las acciones anunciadas por el Ejecutivo federal y divididas en tres grandes ejes- informan los medios- destacan las de mantener sin aumento la leche Liconsa y la harina de maíz Diconsa, preservar la estabilidad del precio de la tortilla, evitar el alza de la gasolina, el diésel y el gas LP; eliminar los impuestos sobre la importación de trigo, arroz, maíz blanco y maíz amarillo, así como fortalecer los programas de apoyo a la producción de alimentos y a la productividad del campo mexicano.
El gobierno destinará 200 mil millones de pesos, derivados de los excedentes petroleros, a mantener los precios actuales de la gasolina, el diesel y el gas LP, y anunció también el aumento de 535 a 655 pesos por familia al apoyo alimentario del programa Oportunidades, así como un incremento similar en los programas alimentarios de la Sedesol y de Diconsa, para lo cual se liberarán 4 mil 500 millones de pesos más.
Ayer mismo, el secretario de desarrollo social anunció que 280 mil familias inscritas en el programa Oportunidades empezarán a recibir 120 pesos adicionales para enfrentar esta situación, lo que orilla al mismo gobierno panista a abandonar de algún modo el tema petrolero y de seguridad, a cambio del alimentario y la política social que ya había esbozado hace unas semanas mediante el Programa Para Vivir Mejor.
Las medidas anunciadas van desde la eliminación de impuestos para importación de trigo, maíz blanco y amarillo, la fijación de una cuota de importación del frijol libre de impuesto, hasta la garantía de que habrá suficiente abasto en productos como leche en polvo.
Asimismo, ha comprometido – ahora sí, al menos de palabra- la tecnificación del campo, apoyos a pequeños productores agrícolas y precios más accesibles para fertilizantes.
El Banco Mundial, la FAO e incluso el Banco de México, han reconocido el alza en el precio de los alimentos que por supuesto afectaría a los países más pobres Se calcula que unos 100 millones de personas estarían siendo afectados.
Esta cadena eleva por supuesto la inflación ya que los incrementos en el arroz, las grasas vegetales comestibles, empujan los precios hacia arriba en restaurantes y en los mercados, lo que impacta por supuesto al consumidor.
Si cruzamos la situación actual con resultados de las encuestas más recientes que miden el grado de popularidad de Felipe Calderón, empieza haber preocupación en el gobierno porque se piensa que quizá ha llegado el momento de repensar prioridades y estrategias antes que las presiones económicas y la desilusión hagan que la opinión pública se mueva hacia posturas más contrarias al Presidente.
Cuando cuatro de cada diez mexicanos siente que su situación económica en 2008 es peor que la de 2007 y 18% más dice que están igual de mal que hace un año, se entiende por qué cada vez son menos los que opinan que el presidente Felipe Calderón está gobernando muy bien y cada vez son más los que se inclinan a pensar que lo hace bien, pero en realidad no se ha visto gran cosa, explican los autores de la encuesta difundida este lunes a nivel nacional.
Con excepción de los rubros de salud y educación, sobre los cuáles más de 50% piensa que se ha visto alguna mejora en estos 18 meses de gobierno, en todos los demás temas que evaluamos en esta encuesta –dicen- son muchos más los que piensan que desde que gobierna el presidente Calderón están igual o peor que antes.
Especial atención merecen las cuestiones que tienen que ver con la capacidad adquisitiva de las familias, la generación de empleos y el combate a la pobreza, rubros en los que más de 75% opinan que el presidente Calderón no ha logrado mejorar nada.
Así está la percepción nacional en horas en que aparece una nueva crisis que se suma a la de seguridad porque el combate a la delincuencia organizada no avanza como son las intenciones del gobierno debido a múltiples factores.
En tanto, el tema petrolero parece que se le va de las manos a los principales promotores que tienen su mando central en los Pinos y en el Partido Acción Nacional, debido a que en el debate son más firmes los argumentos de quienes rechazan la iniciativa presidencial.
Una buena medida parece ser que se pretende ahora capitalizar el campo y resolver la emergencia alimentaria con los excedentes petroleros; sin embargo no es fácil porque la planta productiva agrícola no está en sus mejores momentos debido a que durante décadas se le dio prioridad al sector manufacturero y de exportación, dejando que quienes se dedican a esta actividad agoten su resistencia y se muden a otra cosa, o en el peor de los casos, a que mantengan improductiva la tierra.
La crisis por el aumento del maíz y la tortilla que golpeó al país en los primeros meses del régimen calderonista es la expresión de que algo más debe hacer el Estado para voltear los ojos al campo, de lo contrario, la dependencia con el exterior vía importaciones de alimentos será cada vez más grande.
Y esto a nadie lo tendrá contento, menos a los hombres y mujeres del campo que ven con preocupación cómo crecen las trasnacionales que ya operan en el campo mexicano y cómo granos como maíz y arroz, trigo, etcétera, son utilizados para generar los llamados biocombustibles aumentando la demanda y afectando la producción.
En entidades como Oaxaca la alarmante situación impactará más debido a la raquítica calidad del suelo y a que la superficie agrícola con acceso a riego es ínfima, pues aquí producimos para el autoconsumo y en surcos, en comparación con los grandes rancheros del norte del país. La miseria entonces se agudizará con consecuencias sociales imprevisibles.
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