viernes, 26 de septiembre de 2008

Pena de muerte, no

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Como producto de la desesperación del gobierno de Felipe Calderón por no poder contener la violencia y porque va perdiendo, lamentablemente, la guerra contra los cárteles, sus asesores le han recomendado hacer más fuertes las penas, especialmente contra secuestradores, construir más cárceles de alta seguridad y analizar la implantación de la pena de muerte.
Por imitación, gobiernos como el de Oaxaca le han seguido la corriente y han promovido reformas legales para alargar condenas. Pero muy poco hacen para prevenir la delincuencia.
La falta de análisis los hace perder de vista los avances que en otros países se están llevando a cabo a través de la llamada justicia alternativa, que no se opone al sistema penal común, sino que busca salidas para que no sea solamente el castigo contra quien delinque donde se cierre el círculo de la justicia.
En el país hay voces de la oposición, incluyendo el PRI, que muestran su desacuerdo con estas medidas. Pero como siempre, tienen que venir de fuera las experiencias para que nos indiquen que acentuar penas no resolverá el problema de la delincuencia, que tiene múltiples aristas, como la desigualdad social.
Un personaje que llamó la atención -en el Primer Congreso Internacional de Justicia Restaurativa que concluye este día en Oaxaca - fue el sheriff, Michael Hennessey, del Condado de San Francisco, California, elegido en ocho ocasiones para este cargo, por lo que ha permanecido al frente de esta oficina durante 29 años.
Hennessey se encarga de 6 cárceles en el condado, y a diario ve cómo entran y salen de prisión alrededor de 150 personas.
Uno de sus apuros principales es que todos estos reos van a salir y regresar a sus comunidades, pero pueden volver nuevamente a delinquir, por lo que sus empeños se han centrado en la aplicación de diversos programas de rehabilitación paralelos a la implantación de la justicia restaurativa.
Pues bien, el sheriff abogó por seguir buscando la llamada justicia alternativa para no imponer cadena perpetua y la pena de muerte que, dijo, no resuelven el problema de la violencia.
Afirmó que se ha comprobado que un 80 % de los internos que se someten a los programas de justicia restaurativa, ya no reinciden al salir de la cárcel.
A lo largo de 8 años, se ha comprobado, dijo el comisionado, que si un hombre sigue dentro de los programas mínimamente 120 días o más, tiene el 80 % menos de probabilidad de regresar a la cárcel por un delito de violencia.
El Programa para Resolver o Parar la Violencia, (por sus siglas en inglés), en el transcurso de un año incorpora a unas 500 personas de los dos mil internos de las cárceles a su cargo.
Para el comisionado no son suficiente las penitenciarías o los centros de reintegración para combatir la delincuencia; la prisión y castigo es sólo una parte, dijo, pero está convencido de que las cárceles pueden hacer más en la prevención de delitos y hacer las comunidades más seguras.
Ante las propuestas que implementa el sistema judicial mexicano, de alargar penas y discutir la aplicación de la pena de muerte, el sheriff Henessey expresó que lo prolongado de una condena refleja qué frustrada está la comunidad con un delito. Sin embargo, advirtió que esta es una decisión política que tiene que tomar el gobierno.
Señaló que en muchos estados de la Unión Americana se aplica la pena de muerte y también penas de vida en prisión sin posibilidad de salir con libertad condicionada, pero esto no ha parado con el homicidio o ha evitado los secuestros.
Para el sheriff californiano el encarcelamiento debe tener el efecto de evitar o parar delitos, para que los demás miembros de la sociedad no los cometan. Pero solo asusta a la gente que ya cumple con la ley, no asusta a los criminales.
Refirió que en varios estados de USA ya están desapareciendo la pena de muerte, porque va contra los derechos fundamentales del hombre, y confió que en México nunca se aplique porque es un fracaso para la humanidad.
Una gran experiencia la del señor Hennessey, que debe tomarse en cuenta. La pena de muerte no resuelve los problemas de delincuencia que padecemos.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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