miércoles, 12 de noviembre de 2008

El placer de leer

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Este 12 de noviembre se celebra el Día Nacional del Libro, establecido por decreto presidencial el 31 de octubre de 1979 para conmemorar el natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, como una forma de recordar a la escritora mexicana y al mismo tiempo, divulgar la importancia del libro a nivel nacional. Sor Juana fue una gran defensora del derecho a leer en tiempos difíciles.
En su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, advierte: “No me han dejado de ayudar a los muchos libros que he leído, así en divinas como en humanas letras”, y “lo que sólo he deseado es estudiar para ignorar menos que, según San Agustín, unas cosas se aprenden para hacer y otras sólo para saber”.
Este día están de fiesta, de algún modo, las bibliotecas públicas de la Red Nacional que promueven con muy pocos recursos que los mexicanos y mexicanas se acerquen a la lectura.
En Oaxaca, este acontecimiento se celebra con una feria impulsada por libreros, empresas editoriales y algunas instituciones educativas y culturales sujetas a un programa en el que participan autores, se hacen presentaciones de libros, debates, lecturas en vivo y hasta obras de teatro.
Por una venturosa coincidencia, este 11 de noviembre se cumplieron 80 años del natalicio del escritor mexicano Carlos Fuentes, por lo que se realiza un Homenaje Nacional alternativamente en la Ciudad de México, Guadalajara y Veracruz. Entre las instituciones participantes figuran: la UNAM, Secretaría de Educación Pública, CNCA, Gobierno del Distrito Federal, el Colegio de México, FCE, la Feria del Libro de Guadalajara y editorial Alfaguara.
Miembro de una generación que tiene en Gabriel García Márquez a su mejor representante, Fuentes es uno de los escritores imprescindibles no sólo de América Latina, sino del mundo, al grado de que junto a importantes premios se le ha considerado merecedor del Premio Nobel de Literatura, galardón que se le ha negado, no así el Cervantes de Literatura, el Príncipe de Asturias, además de doctorados honoris causa entregados en universidades de varios países.
Fuentes alterna su labor editorial con artículos de opinión y ensayos para las principales publicaciones del mundo: lo mismo en “The New York Times” que en “Proceso”, “Reforma”, “El País”, o “The Guardian”. Sus textos, como sucede con Vargas Llosa o Tomás Eloy Martínez, son lectura obligada del mundo intelectual.
Sus seguidores y críticos se dividen entre quienes lo prefieren como escritor inagotable de novelas, cuentos, obras de teatro o guiones para cine, amén de otros textos literarios y periodísticos que como ensayista.
Sin embargo, nadie puede dudar de la maestría con que arma cada una de sus propuestas literarias y de su capacidad de estar produciendo día con día al cabo de por lo menos 60 años.
Les debo confesar que a Fuentes lo conocí literariamente a través del libro de cuentos Cantar de Ciegos, pero como todo adolescente de mi época por Las buenas conciencias, que trata de la vida de un joven de moral cristiana que busca liberarse del mundo familiar que lo aprisiona. Eran los años 70 y ya había leído la primera edición de Cien años de Soledad, de García Márquez, que publicó Editorial Sudamericana.
A lo largo de mi vida he andado cargando varios libros de Fuentes como La Muerte de Artemio Cruz que habla de la agonía de la revolución en el México asomado a la vida industrial, y La región más transparente, que no sé por qué siempre la comparo con la Visión de Anáhuac, de Alfonso Reyes, pero que traza otro mundo distinto al que se asomaron los conquistadores. Termina con esta frase célebre que Cristina Pacheco retoma: “Aquí nos tocó vivir, qué le vamos a hacer”, expresión del México que llevamos en la imaginación pero que al mismo tiempo es tan real que varias décadas después sigue estando ahí, en nuestras narices.
No acabaríamos de citar obras señeras de nuestro octogenario Fuentes, pero además de Aura, que la describen como fundamental de la literatura mexicana, he disfrutado Cambio de piel, Gringo Viejo, y la novela policiaca La cabeza de la hidra. Por ello, nunca dejo de recomendar a Fuentes. Mucho más ahora en temporada de ferias. Todo sea por el placer de leer.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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