viernes, 10 de octubre de 2008

El mensaje de Miguel Ángel

Sociedad abierta



ERNESTO REYES

La llamada clase política – identificada como la clase gobernante, incluyendo a sus críticos- acaso no hayan logrado aquilatar el valor del mensaje pronunciado por Miguel Ángel Granados Chapa al recibir del Senado de la República la Medalla Belisario Domínguez.

En tiempos en que como dijo la senadora María Rojo hay una especie de bruma que urge ser disipada, es bueno contar, a pesar del notorio quebranto en su salud física, de una mente lúcida como la de Granados, porque nos interpela y motiva a la reflexión informada como sucede cotidianamente cuando leemos su columna Plaza Pública.

De cara a representantes de los Tres Poderes de la Unión, así como de invitados del estado de Chiapas de donde era originario el legislador asesinado en el año 13 del siglo pasado, el periodista habló de identificar los propósitos comunes impulsados desde la diferencia, de mantener abierta la posibilidad del diálogo para construir una nación incluyente y equitativa, que permita restaurar las bases de la convivencia y el acuerdo, y de seguirle apostando a la pluralidad y la diversidad.

Ante un auditorio expectante que reconocía su magistral estilo retórico– no de balde es académico de la lengua- el comunicador defendía a que por el hecho de ser distintos no se convierta al otro en un peligro ni en un enemigo, sino tal vez en un adversario, cosa que dos años atrás muchos de los que ahí estaban aplaudiéndole, hicieron exactamente lo contrario con Andrés Manuel López Obrador.

En las palabras de agradecimiento, el columnista también sacó la cara por la movilización y la participación social directa, señalando la falsedad de ubicar a la expresión civil – que tiene en la movilización un gran aliado- como antagónica a la constitucionalidad de un gobierno.

Para el analista y abogado, la constitucionalidad de las tareas realizadas por los legisladores se alimenta con la movilización de los ciudadanos, que ya se pronunciaron en las urnas, pero pueden y quieren expresarse también en la calle.

Esta actitud se demuestra – recordó el orador- en el caso de las multitudes que clamaron contra la inseguridad, el impulso en la presentación de iniciativas de reforma legal, de creación de nuevos instrumentos contra el hampa.

Asimismo, un movimiento social semejante se ha manifestado y se expresará también más adelante, en torno de la reforma petrolera que necesita nuestro país.

Atento a los problemas que ahora nos aquejan y como si adivinara la grave situación económica que se avecina, Granados Chapa no cree que la sociedad mexicana carezca de experiencia ante las crisis.

“La ha adquirido a fuerza de golpes – dijo- de caer y levantarse, de deplorar lo perdido y comenzar de nuevo.”

Sin embargo, aceptó que “pocas veces en la historia habían convergido adversidades de tan distinta índole y semejante gravedad que hacen de las sombrías horas que corren, horas de definición, de las que emergerá la sociedad disminuida y en riesgo de descomposición y aún de enfrentamiento o engrandecida para superar la magnitud del desafío para que sea por una vez madre providente de sus hijos.”

Como si le hubieran solicitado dar luces sobre el sombrío panorama actual, Granados declaró no tener vocación para avizorar el futuro.

Pero tampoco se requiere – dijo- padecer un ánimo infectado de pesimismo para advertir que día con día crecen las adversidades y aún surgen otras más entorno nuestro, desde el seno mismo de la sociedad.

No obstante ello, la energía social de los mexicanos es capaz de enfrentar esas adversidades con fortuna, sobre todo si utiliza nuevos instrumentos o de modo diferente emplea aquellos de que la República se dotó desde la hora de su fundación.

Hasta aquí parte del discurso con el que Miguel Ángel Granados agradeció tal distinción. Lástima que pocos conocieron el texto completo, porque es una pieza que revela que quienes lo designaron para recibir este honor, no se equivocaron.

Ojalá que el clamor de Granados no termine siendo desdeñado por los mismos que incluso lo propusieron, y aún si lo fuera, quedará su palabra como un tizón encendido que alumbre sobre todo a quienes aún teniendo completo el sentido de la vista, siguen con la venda sobre los ojos. Ojalá.

Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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