lunes, 29 de septiembre de 2008

El Coloquio vive

Sociedad abierta

ERNEST0 REYES
Los oaxaqueños todos debemos celebrar que a pesar de que por momentos sus promotores caen en el desánimo, una de las noticias destacadas este fin de semana, al término del Tercer Coloquio Oaxaca 2008, es que este espacio de reflexión, sigue vivo.
Durante los dos días que duró el Coloquio “Oaxaca, el legado del pasado, la realidad del presente, la promesa del futuro”, si bien no estuvo hasta el tope el Teatro Macedonio Alcalá, no puede decirse que estuvo vacío.
Puede aventurarse que faltó difusión, lo cual por otra parte implica un costo económico. Pero lo cierto es que acudieron los más interesados en la variedad de temas que tocó el encuentro.
Más allá de los estados de ánimo, el anuncio de Enrique Florescano, en el sentido de que se celebrará aquí la edición 2009, preparándose para tal fin la publicación del libro que contenga las participaciones del que acaba de concluir, motivó a que el auditorio al momento de la clausura, estallara en aplausos.
Y como mucha gente sabe que el principal motor de la idea de traer a Oaxaca esta oportunidad de reflexión y análisis sobre temas nacionales y locales es el maestro Toledo, la gente está consciente de que no todo lo puede hacer él.
Falta el apoyo de instituciones educativas que como ya dije anteriormente, no se hacen presentes, ( el caso de la UABJO es patético) debido a la mezquindad y poca estatura de quienes los representan. Falta incluso mayor acompañamiento de grupos organizados de la sociedad civil que no son recíprocos con el Maestro.
Por lo demás, el análisis de los retos y desafíos que enfrenta el desarrollo histórico y la circunstancia actual de Oaxaca, no puede agotarse tan solo en dos días, como lo resumió magistralmente Florescano. Pero la intención original sí fue cumplida. Esto se puede medir acaso en el número y nivel de las preguntas que se hicieron a los ponentes.
Con todo, el núcleo fundamental de las ponencias presentadas hizo pensar a los organizadores que a partir de estas aportaciones se puede imaginar el libro que tendrá que ser producto de esta tercera edición.
Es cierto que se desea un retrato más acabado que incluya los rasgos fundamentales del pasado oaxaqueño y un diagnóstico más preciso de su situación actual, acompañado de una proyección hacia el futuro, pero lo importante es que se logró incentivar la discusión y el diálogo sobre lo que más importa a los oaxaqueños de hoy y a los mexicanos en general.
Estuvo ausente el tema político-electoral que a veces genera mayor atención, pero ya habrá tiempo para ello.
Después de las participaciones de expertos en los temas, nadie de los asistentes puede negar que no hayamos salido con la sensación de que algo hemos aprendido: desde la arquitectura vernácula explicada por de Legorreta, el rescate de los lienzos originales de Papalutla, las viscisitudes de una investigadora en cuestiones agrarias, las pautas de migración de los oaxaqueños, la ausencia de una agenda social del gobierno para enfrentar la pobreza y la incapacidad de los órganos actuales de Estado para dirimir las controversias en municipios regidos por usos y costumbres oaxaqueños.
La tarea ahora, explicó Florescano en la clausura, es darle vida a ése libro que integre los temas fundamentales que brinden una imagen rica y diversa de los factores que contribuyeron a forjar la Oaxaca actual, así como los problemas que enfrenta la entidad y su población a principios del siglo XXI.
Es justo reconocer que darle vida a la idea de Toledo desde el año 2005, es mérito del historiador Florescano, de José Wolndenberg y por supuesto de Carlos Monsiváis quienes pensaron, escogieron temas y seleccionaron a los ponentes, sin desdeñar el apoyo de la doctora Isabel Grañén y don Alfredo Harp, para que este Coloquio siga teniendo larga vida.
Por lo pronto, ya está en prensa, como se dice, el libro del Segundo Coloquio celebrado el año pasado, sobre temas de la cultura mexicana en los albores del siglo XXI. En breve estará en librerías. Es muestra de que el Coloquio goza de cabal salud, a pesar de los nubarrones que se pintan bajo el cielo de Oaxaca. Debemos felicitarnos todos de que así sea.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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