jueves, 9 de octubre de 2008

Granados Chapa

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Ser humano extraordinario de una gran lealtad a sus amigos y a las causas – como lo define Elena Poniatowska- , el periodista hidalguense Miguel Ángel Granados Chapa fue galardonado el martes con la Medalla Belisario Domínguez, máximo reconocimiento del Senado a un ciudadano mexicano.
Dueño de muchos atributos - afirma don Julio Scherer al expresar su opinión respecto al autor de la columna Plaza Pública que se publica en el diario Reforma- Granados es un hombre que camina al ritmo de la libertad y la verdad; de ahí su fuerza.
Por ello muchos de sus malquerientes, que también los hay, nunca han logrado enfrentarlo con éxito.
Hace poco tuvo que litigar contra un diputado priista, Gerardo Sosa Castelán, quien interpuso una demanda en contra suya y de Alfredo Rivera autor del libro “La Sosa Nostra”, por supuesto daño moral, ya que Granados firmó el prólogo del texto.
Granados había hecho honor a la definición de Carlos Fuentes, sobre su labor: “el gran periodismo requiere honestidad, información, valentía, capacidad de análisis y conocimiento del público al que se dirige el periodista. Estas cualidades no se dan por casualidad. En Miguel Ángel se han dado de manera magnífica y sobrada.”
Y así lo ha hecho desde hace 45 años cuando escribió su primer texto en el vespertino Crucero que dirigía el desaparecido Manuel Buendía.
A partir de entonces, Granados iniciaría una prolífica carrera que lo ha llevado a escribir además de su labor como catedrático en la UNAM, y como titular del Programa radiofónico que lleva el nombre de su columna en Radio UNAM, en publicaciones fundamentales para el México de hoy: el Excélsior de Scherer; la revista Proceso en dos etapas; el Unomásuno original, antecedente de La Jornada, y por supuesto en el diario Reforma donde nunca se ha sabido que le censure un texto.
Con varios antecedentes de ruptura, debido a su temperamento muy particular, Granados Chapa ha sabido reconocer cuando se equivoca y con quiénes, como sucedió con Scherer en Proceso. Distanciado de él, no de sus causas, no dudó en volver muchos años después, a publicar su columna semanal, Interés Público, que todo interesado en la realidad mexicana no puede dejar de leer.
Recientemente Granados ha recibido varios reconocimientos a su labor, como el que le tributaron universitarios oaxaqueños junto a Scherer y Carlos Monsiváis, hace un año. Lo han hecho en diferentes ámbitos, organismos ciudadanos y de derechos humanos con quienes su pluma se ha identificado.
Granados sabe muy bien que si en esta labor no se asume un compromiso ético con la verdad y si no se es fiel a los principios, cualquier informador o analista de la realidad mexicana naufraga en las veleidades y trampas que interpone el poder político o económico.
Dichos poderes – ahora se habla también de los poderes fácticos que los representan los monopolios en materia de medios de comunicación, el crimen organizado, los grupos facciosos de diversa índole, etcétera - , siempre estarán buscando que el comunicador más tarde que temprano cometa una equivocación para convertirlo en un ser domesticado, sin voluntad y a su servicio.
De todo ello se ha salvado Miguel Ángel, a quien tuve el honor de conocer hace como 25 años cuando asistí en la ciudad de México a las asambleas de la Unión de Periodistas Democráticos ( UPD), organismo del cual él había fungido como presidente. Puestos en el lado contrario, un grupo de nosotros hizo que se eligiera al periodista Elías Chávez, procedente de Proceso con quien entonces Granados tenía un notable alejamiento, en lugar del caricaturista Magú, de La Jornada.
En el 2005, cuando el conflicto inventado contra Noticias por el gobierno estatal, miembros de una comisión de compañeros acudimos a pedir el apoyo de Miguel Ángel a las instalaciones de radio UNAM.
Sin desconfianza, éste nos otorgó casi todo su espacio matutino para hacer las denuncias prometiendo, como lo hizo después, que nos seguiría respaldando en su columna.
Por ello la gran gratitud que tenemos para Miguel Ángel Granados Chapa, quien merecidamente fue distinguido con la Medalla en honor del chiapaneco valiente, quien muriera por defender la libertad de expresión, valor que como la lucha por la democracia son insignias de tan ilustre galardonado.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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