martes, 1 de julio de 2008

Consulta: en manos limpias

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Es un hecho que si no hubiera sido por las movilizaciones encabezadas por Andrés Manuel López Obrador a partir de la toma de las tribunas en las dos cámaras del Congreso de la Unión, el debate petrolero que se lleva a cabo en el Senado no se hubiera realizado.
En la concentración de este domingo, AMLO ha confesado que las movilizaciones dieron tiempo a que se organizara mejor la resistencia civil y se programaran, por ejemplo, las consultas que habrán de llevarse a cabo, en el Distrito Federal el 27 de julio; en los estados del sureste, el 10 de agoto y en los del norte el día 24.
Como vivimos en un régimen dominado por intereses financieros, es muy probable, como lo vislumbra AMLO, que aunque la reforma sea descalificada en los foros de debate y en la consulta ciudadana, el PAN y el PRI buscarán imponer una propuesta energética con fines privatizadores, aunque no sea la que originalmente planteó el gobierno federal.
Así están las cosas hasta el momento. Por los rumbos del PRI, llegan versiones que hablan de que sus bancadas en el Congreso buscarían afinar una reforma, a partir del proyecto calderonista, que permita la creación de empresas filiales con una normatividad de orden mercantil sin las restricciones que impone el régimen de Pemex.
Y que aunque pertenezcan al Estado, dichas empresas sean sociedades anónimas.
Es tanta la prisa por aprobarlas, que la secretaria de Energía, Georgina Kessel, tan ineficiente como incapaz para manejar el sector, ha adelantado que existe un acuerdo entre los partidos para empezar a dictaminar la reforma, tan luego finalicen los debates hacia el 22 de julio.
Esto haría imposible que los resultados de cualquiera de las consultas programadas por la oposición, sean tomados en cuenta para dictaminar y aprobar la reforma.
Sin embargo, senadores del PRI y el PRD – como Francisco Labastida y Graco Ramírez- han dicho lo contrario: que este proceso llevará más tiempo.
Llama la atención que organismos supuestamente independientes como el IFE se han negado a organizar la consulta por carecer- dicen- facultades para ello; actitud que contrasta con el Instituto Electoral del Distrito Federal que no sólo aportará recursos técnicos y materiales para la organización de dicha consulta, sino que aportará las preguntas que normarán el criterio de la población.
En la concentración del domingo, llamó la atención- aunque en verdad ya va siendo costumbre- que no se pararan en la tribuna legisladores y dirigentes de la corriente Nueva izquierda del PRD, salvo Carlos Navarrete, quien contrario a los humores de Jesús Ortega, no se excluye del movimiento porque además de ser precavido para no confrontarse con López Obrador, sabe que estando fuera del movimiento no tendría cara para defender en el Congreso una postura que no es defendida en la calle o en otros ámbitos.
Otro que no ha abandonado el contacto con la gente es el coordinador de los diputados federales, Javier González Garza, a pesar de la rechifla que se llevó el pasado 24 de febrero.
Sabedores que la directriz del movimiento por la defensa del petróleo la lleva el tabasqueño en su círculo más cercano, los perredistas vergonzantes no tienen hasta el momento ningún esquema definido para incorporarse al movimiento que no sea a través de declaraciones de buenas intenciones en los medios.
Han visto con resignación que frente a la multitud y en todos los recorridos que realiza AMLO por el país, en representación del movimiento quienes aparecen son Porfirio Muñoz Ledo o Manuel Camacho Solís; o bien, legisladores federales y estatales que no han traicionado a su excandidato presidencial.

Sin embargo, la consulta a realizarse en 400 municipios del país, en el marco de las dos fechas anunciadas el domingo- el 10 de agosto para los estados del sur y el 24 para los del norte- permitirá a la estructura formal del PRD, en manos de Nueva Izquierda y de otras expresiones, demostrar que realmente están comprometidos con la defensa del petróleo en manos mexicanas.
Ojalá lo hagan sin regatearle reconocimiento a quienes desde la ciudadanía han aportado quizá mucho más que ellos, mediante la figura de brigadistas, a impulsar este ejercicio a nivel nacional.
Ahora falta que quienes asistieron a la asamblea informativa del zócalo, socialicen la información porque muchos simpatizantes de este movimiento en Oaxaca no han contado con información suficiente sobre la fecha y las modalidades de la consulta ciudadana.
Por parte del PRD, como sus dirigentes locales y mayoría de sus diputados rechazan tajantemente cualquier instrucción que provenga de AMLO o de sus simpatizantes en Oaxaca, tienen cortadas las vías de comunicación que les permitan operar la consulta, a no ser que lo hagan en poco menos de los 45 municipios que supuestamente gobiernan.
Pero en el resto, es decir, en más de quinientos, si es que hay consulta, sus habitantes están completamente ajenos a esta situación, a no ser que otros actores políticos y legisladores federales los pongan al corriente.
Además, si los “chuchos” oaxaqueños tuvieran en sus manos la consulta, ésta resultaría en un cochinero ( “chuchinero”, les adjetivó Alejandro Encinas), con resultados contrarios a un movimiento limpio de gente honesta que en realidad pretende cambios para México.
Con la bazofia perredista, de la que estamos hablando, un movimiento pulcro se ensuciaría, porque lo que menos quiere en este momento la ciudadanía es que políticos rapaces y corruptos pretendan encabezar los genuinos afanes de un pueblo honrado y nacionalista como el mexicano.
Hay un clamor ciudadano: la consulta debe estar en manos limpias.
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