martes, 27 de mayo de 2008

IMSS-Oportunidades: 2 meses

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Ayer se cumplieron dos meses de protestas por parte de 186 empleados del Hospital número 37, del Programa IMSS-Oportunidades de Matías Romero, para exigir a las autoridades del Instituto a que mejoren el servicio y asignen especialistas y medicamentos para la atención de los beneficiarios.
La demanda plantea que se cumpla con las reglas de operación definidas oficialmente, que asigna a este programa del Ejecutivo Federal, administrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, la promoción del derecho a la salud y el bienestar individual y colectivo de los mexicanos que no cuentan con acceso a los Servicios de Seguridad Social.
Sorprende que contrario a otros movimientos laborales, en los 21 puntos del pliego petitorio que han planteado, en ninguno de ellos solicitan aumento salarial o mejoras económicas, sino que se ofrezcan las condiciones y los materiales necesarios para que puedan cumplir eficientemente su labor.
Nada más por este gesto de solidaridad con sus pacientes, los médicos y enfermeras que están en paro, debieran recibir la solidaridad de la población oaxaqueña, particularmente las más de 20 mil que viven en los 21 municipios beneficiados pertenecientes a la región V Istmo-Papalopan donde habitan indígenas y campesinos mixes, zapotecos, chinantecos, y mestizos.
Por su actitud de no pedir nada para ellos, estos trabajadores de la salud debieran recibir también un mejor trato y de interlocución por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social; sin embargo, ante la falta de atención por parte de la Delegación Estatal del IMSS y de la Coordinación Nacional del Programa IMSS-Oportunidades han tenido que mudar su protesta del Istmo de Tehuantepec hacia la ciudad de México, donde permanecen desde hace 8 días.
Allá en la capital del país, para hacerse visibles, se han plantado frente a las oficinas centrales del IMSS para solicitar una mesa de diálogo con las autoridades donde se trate fundamentalmente la forma en que a su regreso puedan cumplir con su trabajo y atender de manera eficiente los problemas de salud de la población.
Sin embargo, las autoridades no parecen entenderlos y los han acusado maliciosamente, se tener detrás suyo intereses políticos.
Todo porque a partir del 27 de marzo cuando iniciaron el movimiento, han realizado varias marchas y acciones de protesta que han recibido la solidaridad y apoyo – si no es de ellos, ¿de quién más?- por parte de organizaciones sociales como la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo, el Frente Amplio de Comunidades Marginadas de Oaxaca, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y la sección 22 del magisterio.
Algunos legisladores de oposición, sensibles a esta situación, han buscado facilitar el diálogo entre las partes para lograr acuerdos que no perjudiquen a los paristas, y cesen los castigos que se quieren aplicar a 7 trabajadores, dos de los cuales estarían en la circunstancia de ser despedidos.
Pese a las movilizaciones realizadas, buscando llamar la atención de sus superiores, no han obtenido respuesta sobre su petición de que al hospital de Matías Romero se le restituyan servicios de especialistas en áreas de ginecobstetricia, medicina interna, pediatría, cirugía general y anestesiología, lo cual impide desde hace dos años que se atiendan, como debe ser, partos por cesárea o cirugías generales, todo lo cual atenta contra la salud de los usuarios.
En situación parecida se encuentran las Unidades Médicas Rurales de la región que padecen en muchas poblaciones de los más elementales servicios, ante la falta de presupuesto y personal médico.
En las razones que expresan para justificar su movimiento, los trabajadores señalan que en la clínica existe además desabasto de medicamentos , carencias que los médicos y enfermeras no pueden solucionar por sí solos, por lo que han tenido que recomendar a los pacientes atenderse con médicos privados si quieren preservar su salud.
Refieren que antes del año 2006 estos servicios estaban vigentes pero poco a poco se fueron anulando las plazas y desplazando a los médicos hacia otros lugares.
Dos años después, la situación en la clínica 37 es crítica. Como resultado del movimiento de protesta, hubo ofrecimientos de la supervisión médica delegacional de la quinta región para enviarles a algunos especialistas, pero estos al cabo de un mes se retiraron por las difíciles condiciones existentes para cumplir bien su trabajo.
El movimiento del personal de IMSS-Oportunidades es legítimo porque toca un problema que es cada vez más agudo en un país donde se dejan de lado los problemas sociales, particularmente los relacionados con la atención de la salud de los más necesitados.
El gobierno no ha cumplido con su obligación constitucional de darle derecho y acceso a la salud a la población en general; el movimiento de Matías Romero exhibe esta deficiencia que como mucha gente sabe se extiende a otras instituciones como el ISSSTE.
Cada día que pasa y cada forma de protesta que se realice, se le está recordando a la sociedad mexicana que a través de sus instituciones debiera verificar lo que está sucediendo en el IMSS- Oportunidades para ver si es que cumple con los objetivos diseñados por el gobierno federal, pues para el ejercicio 2008 se le asignó un presupuesto de 6 mil millones de pesos para modernizar equipos médicos, promover capacitación técnica del personal y sobre todo, mantener el servicio médico con la calidad y calidez necesaria.
Al menos en Matías Romero esto no se está cumpliendo. El paro laboral y el plantón en la ciudad de México es un recordatorio permanente.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
tandemmedios@hotmail.com
ernestreyes@prodigy.net.mx