jueves, 1 de enero de 2009

Llegó el 2009

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Con su cauda de conflictos, incertidumbres, inestabilidad y sin embargo esperanzas de que a pesar de los malos augurios se componga la situación económica, llegó por fin el esperado 2009.
Un año electoral porque habrán de renovarse 6 gubernaturas y los 500 escaños de la cámara baja, amén de ayuntamientos y diputaciones locales.
En W Radio entrevistaban a Roy Campos, gurú de las encuestas Mitofsky, y decía que en este momento, la gente no está tan preocupada en cómo va a votar pasando el primer semestre del año, sino en cómo llevarse un bocado de pan a la boca.
Y decía, con justa razón, que muchos políticos y gobernantes se equivocan porque creen que alimentando a la gente de mensajes y exhortos a la participación política van a remediar en el imaginario colectivo las necesidades del pueblo.
De ahí que haya un gran divorcio entre las percepciones que las personas comunes tienen sobre la realidad con quienes toman las decisiones fundamentales al frente del Estado, trátese del gobierno federal, gobernadores, legisladores, etcétera.
Y respondía con sorna: ¿ Ustedes creen que un obrero, que como consecuencia de la crisis ha perdido su trabajo, va a estar pensando en votar por un partido en lugar de aguzar sus sentidos para sostener su hogar?
De ahí concluyo, que el tema que va a dominar el 2009 es el económico, asociado al de la inseguridad; y quizá, en tercero o cuarto lugar, si no surge un problema antes, los ciudadanos pensaremos en el proceso electoral.
Se equivocarán por tanto quienes ignorando lo que piensa la gente que no lee los periódicos, ni escucha o ve los informativos y los programas de opinión, diseñan estrategias anticipadas para promocionar su imagen, aunque sea de manera embozada, para saltar de pronto a una candidatura.
La gente espera, eso es lo que creo, que iniciando este año haya al menos la intención de parte del gobierno, de aportar elementos, programas y /o estrategias sobre cómo paliar la crisis y enfrentar el desasosiego social cuando sobreviene un descenso en nuestra calidad y expectativa de vida.
De lo contrario, se puede ir erosionando más el tejido social al grado de estimular formas diversas de movilización social, en el campo y en la ciudad, que contribuyan a agravar la de por sí endeble estabilidad social.
Por ello ofende saber- que lo hagan pero en secreto al fin son seres humanos como todos- que Felipe Calderón vacaciona en Acapulco cuando hubo gente que ni en la Navidad ni en el Año Nuevo, pudo organizar una reunión familiar como las de antes. O que muchas familias de nuestras comunidades esta vez no recibió las remesas a que estaba acostumbradas por parte de sus familiares que trabajan en el norte. Todo esto produce una desesperanza contenida que socialmente se puede manifestar de diversas formas.
Debemos recordar que en el 94 producto del TLC, indígenas se levantaron en Chiapas, y después sobrevendría el error de diciembre entrando Ernesto Zedillo, pasando por el asesinato del candidato presidencial del sistema. Desde entonces, salvo la crisis electoral del 2006 y la social en Oaxaca el mismo año, no ha habido convulsiones sociales. No esperemos que lleguen éstas, porque dicen, y dicen bien los enterados, que las revoluciones se provocan por hambre, asociadas a cualquier otro malestar social o político.
No hay que olvidar, que hace 14 años el fenómeno de la violencia del narcotráfico no estaba presente en todo su esplendor, lo que añade ahora un peligroso ingrediente al caldo de cultivo social mexicano.
Pero en fin, se fue el 2008, un buen año, aunque no para todos, con su cargamento de problemas domésticos y sociales, que sin embargo, y aún con la violencia demencial que azota a diversas entidades, incluyendo a Oaxaca, se logra pasar con un equilibrio social moderado. No sabemos cómo vendrá la cuesta de enero, ni si podremos acostumbrarnos a administrar la miseria, pero reiniciamos la cuenta de nuestro calendario, personal y colectivo. Que les sea leve a todos.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a Armando Santibáñez, Mario Hernández Sors, Alfonso Deceano y otros más, por los saludos de Navidad y Año Nuevo. Que la vida se los recompense en salud.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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miércoles, 31 de diciembre de 2008

Adiós 2008

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Termina el año con las doce campanadas de esta noche. Comienza un año incierto aunque previsiblemente difícil por las dificultades económicas. Desde acá deseamos fervientemente que nos vaya mejor a todos, sin distinción, que haya salud, empleo y momentos felices.
No quisiera despedirme del año, sin el agradecimiento a quienes se han molestado por enviarnos o desearnos parabienes, ya sea por correo electrónico, por teléfono o de manera personal. Todos son amigos (as), compañeros (as) y en su mayoría lectores. Dejo a mis familiares y seres queridos aparte.
Gracias a Gabriel Baylón, Haydeé Reyes Soto; Zayra Cruz, Amira Cruz, Patricia Briseño, Alma Soto, Consorcio, Educa ( todo su personal, incluyendo sus directivos); Minerva Nora Martínez Lázaro ( Barcad) ( con todo y Calendario), Tuty y Anselmo Arellanes, Blanca Estela Isidoro, Mariano Nicolás, Armando Contreras, Juan de Dios Benítez, Isabel De Gyves, Eréndira Cruzvillegas, Verónica Villalvazo, Anilú Ramírez, Miguel Ángel Vásquez, Miguel Ángel Vásquez de la Rosa, Claudia Ramos, Isabel Cano, Miguel Ángel García Aguirre (de Maderas del Pueblo, también con Calendario virtual); Eduardo García, Kristian Antonio Cerino Córdova ( periodista de Tabasco), Margarita Acevedo, José Reveles y Edith Gómez, Rubén Mújica Vélez y esposa, Fausto Díaz Montes, Raúl Gatica, Carmen Santiago (de Flor y Canto), Azael Santiago Chepi ( secretario general de la sección 22 del magisterio), Isaías Santiago, Comuna Oaxaca, David Reyes, Carlos Beas (de Ucizoni), María de la Luz Ramírez, Mario Arturo Mendoza, Porfirio Flores, el Comité 25 de Noviembre, Guadalupe Thomas, Rubén Leyva, Yazmin Rojas, Alberto Alonso Criollo, Magdalena López Rocha, Josefina García Barragán, Miguel Ángel Sánchez de Armas, y Ericel Gómez Nucamendi, por el momento.
El año viejo me deja el Calendario “Ser niño o niña en Oaxaca significa…”, obsequiado por Felipe Sánchez, del Centro de Apoyo a la Educación y la Creatividad Calpuli, A.C. , y la Agenda de Organizaciones de la Sociedad Civil “Derechos Humanos”, que me ha entregado Maru Mata. Con ellos espero guiarme los próximos 365 días, si la fortuna de la vida nos acompaña.
De todos los saludos, rescato dos que me llegaron acompañados por poemas brillantes como es al arte inspirador de sus autores. Se los comparto:
Soneto de fin de año
Jorge Magariño
Un año pasa más, febril nos deja
con el morral cargado de experiencia,
acaso con el unto en la conciencia
de sentir cómo la salud se aleja.

Un año más, que la memoria teja
lo que la urdimbre en la feliz paciencia
abonó con hechuras de vivencia
y las dulces mixturas de pareja.

Viene en su anda azulgris la noche vieja,
amanecida está la noche buena.
Veinte mil labios cantan la conseja:

Que no se escurra, no, como la arena,
esta vida fértil, esta costumbre
de sacudirse cada año la herrumbre.
Y este otro Canto a la Amistad verdadera:

Allá cada cual y sus banderas en el poliedro de las calles diarias: éste es un buen día para vivir. Por eso pienso en ti: la distancia es un pájaro nalgón con canto ronco. Al cabo de un año más, confirmo que te quiero; que tu amistad es mi mejor venero. Y solamente soy un menesteroso que no puede retribuir esa mano tuya que cuando estrecha la mía me siembra en tierra, en este almácigo de Dios donde no salto al precipicio porque te conozco, porque no estoy solo.
Quisiera, quiero, espero, abrir esa ventana de los próximos días y que pueda saber que estás allí. Y yo contigo. Gracias, que sea la buenaventura quien guíe nuestros pasos para caminar juntos.
Te abrazo
Siempre.
Julio Ramírez

Y a todos ustedes por su paciencia, estimados lectores: ¡Feliz Año 2009!.

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martes, 30 de diciembre de 2008

Agradecidos

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Muere poco a poco el 2008, en una ruta que a veces se hace larga, debido quizás a que ambas fechas, el 24 y el 31 cayeron entre semana.
En domingo cayó el día de los Santos Inocentes, costumbre que ya ha quedado añeja, a no ser por los engaños con que, si son de buen gusto, nos regocijamos a través de los medios de comunicación.
Pasadas estas ilusiones, aunque cualquier pronóstico de que nos va a ir mejor suene falsa, persistimos en la costumbre de que ante la inminencia del año nuevo se hacen pronósticos cargados más que de hechos reales, de buenas intenciones.
Hemos caído en la cuenta, por experiencia, de que nadie va a resolver las cosas y los problemas por nosotros mismos, mucho menos las autoridades, sean del partido que fueren.
Así las cosas, el 2008 nos ha dejado dos conmemoraciones importantes a los mexicanos: los 40 años de la matanza del 68, y las dos décadas de la caída del sistema del 88. Ambos episodios cuyo desenlace ha sido de enorme significado para la vida política nacional, que sin embargo nunca tuvieron responsables castigados por las justicias penal y electoral.
Es obvio, que tampoco tendrán castigo otros agravios sucedidos recientemente, como la gran represión oaxaqueña del 2006 y la guerra sucia electoral, con toda la cauda de dolor y coraje sobre quienes de forma directa sufrieron dichos agravios.
Pero no por ello hay que bajar la guardia, aunque estemos conscientes de que vivimos en un régimen que siendo dominado por los intereses del gran capital, nunca verá por el bienestar de eso que Jesús Reyes Heroles bautizó como “las grandes mayorías”, aunque el adjetivo esté mal usado y se haya convertido en uso cotidiano de nuestro lenguaje.
A pesar de que la situación económica empezó a hacer estragos en los bolsillos de los trabajadores, el 2008 es la antesala de la cresta de la crisis que empezará a apreciarse con mayor dureza, dicen los enterados, a mediados el año entrante.
Por el año que termina hemos de estar agradecidos porque primero nos permitió vivir y porque además de avanzar en nuestros proyectos y causas personales y colectivas, en el país quedó muy claro la decepción popular de estar padeciendo – y así hasta el 2012- dos gobiernos panistas cuyos integrantes traicionaron los principios enarbolados cuando eran oposición.
Para quienes creyeron que transitar del autoritarismo priista al acomodaticio panismo iba a ser solución a nuestros problemas, han sufrido una gran decepción.
Y para quienes nunca creímos que esta era la salida para nuestra situación, la secreta confirmación de que no hemos estados equivocados, sólo que la sociedad no ha estado lo suficientemente madura para empujar los cambios. Unos nos hemos quedado en las candilejas y otros en el proscenio del cambio, porque éstos no llegan solos; hay que procurar que lleguen con mejor organización, más trabajo y mayores sacrificios.
Por ello ahora que ya se escucha esa canción festiva, al ritmo de conga que en casi todo el país se canta el 31 de diciembre para despedir el año, es bueno tener conciencia de que si en el 2008 ampliamos la convicción, al menos nuestra y de los más cercanos, de que los cambios son urgentes, hay que redoblar esfuerzos en los 365 días que nos depara el tiempo. No hacer planes a largo plazo; esto es cosa de los políticos que creen tener la vida comprada.
Y hacer proyectos inmediatos, concretos, cortos, sobre cómo enfrentar las dificultades políticas, económicas y sociales en el aquí y ahora.
A nadie nos viene mal que para enfrentar lo difícil del 2009 trabajemos más duro, seamos más eficientes y más honrados, si esto significa estar en paz con nuestra conciencia. Lo demás, dirían algunos, viene por añadidura.
Mañana doy cuenta de los saludos de fin de año a este espacio.
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lunes, 29 de diciembre de 2008

Militares

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Ahora mismo en Monterrey, Nuevo León, con la liberación por un juez federal de cuatro presuntos narcos mediante una fianza de 10 mil pesos cada uno – lo cual no deja de ser una ganga- se está cristalizando lo que muchos mexicanos tememos que sea escandalosamente cierto: que en el Poder Judicial y en el Ministerio Público descansa gran parte de la impunidad que se vive en México.
Salvo que haya sido una tremenda equivocación la detención de una banda de 13 integrantes en San Pero Garza García, el pasado 20 de diciembre, encontrados con armas, droga, dinero y ropa de la AFI, el juzgador no tendría por qué ser tan benigno deslindándolos de los delitos graves e imputándoles solamente portación de armas sin licencia, considerado no grave y con derecho a fianza.
Algo de este hedor de corrupción y complicidad se percibe en otro caso que apenas el sábado dieron cuenta los medios de manera generalizada: la detención y arraigo del miembro del Cuerpo de Guardias Presidenciales, Arturo González Rodríguez, mayor del Ejército, por ser quien, según un testigo protegido de la PGR, filtraba información a dos cárteles, el de los hermanos Beltrán Leyva y el de Sinaloa, a cambio de 100 mil dólares mensuales.
Según la especie, el militar informaba a sus cómplices de los lugares donde estaría Felipe Calderón Hinojosa, con el fin de que los capos no estuviesen cerca, y además, vendía armas de la mismísima SEDENA a los narcotraficantes, amén de proporcionarles entrenamiento a través de una empresa privada.
La detención del guardia de la Presidencia se aceleró a raíz de la publicación de un reportaje, aparecido en la revista Proceso el domingo pasado, el cual señala además que la delación existía desde hacía más de un mes, sin que las autoridades de la PGR pusieran atención a las denuncias.
Ahora, gracias a dicho trabajo periodístico no les quedó de otra que exhibir, mediante la detención, que la presidencia de la República y en este caso el Estado Mayor Presidencial está infiltrada por la delincuencia organizada como sucede con la SIEDO y la misma PGR. Si se siguiera por esta ruta, seguramente se llegaría a la conclusión que hasta la Secretaria de la Defensa Nacional es presa de la actividad delincuencial interna como ya sucedió con el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo, ex jefe antidrogas del gobierno mexicano.
En descargo de las sospechas que recaen ahora en ciertos sectores de las fuerzas armadas, sin que esto por supuesto sea una acusación contra todos quienes laboran y arriesgan la vida diariamente en la institución, el reciente informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos destaca que en la lucha contra el flagelo de las drogas ejecutaron en el 2008 a 52 militares, 105 policías federales, 102 policías preventivos, 163 policías municipales y 151 policías ministeriales, así como a 75 servidores públicos de diversas dependencias de los tres órdenes de gobierno.
Es la cuota que han tenido que pagar en el universo de sangre que está costando, al menos en el año que está por terminar, sin contar con las del mes de diciembre, 5 mil 685 ejecuciones, de las cuales 186 personas sufrieron decapitación, cifra horrenda que hay que consignar porque habla del nivel a que ha llegado la guerra de los cárteles con el gobierno, y la de ellos entre sí.
De todo esto no podemos estar al margen, aunque para comentar dichas informaciones haya que hacerlo precisamente en fechas dedicadas al descanso. La delincuencia, no obstante, nunca duerme, pues en plena guerra, como ha sido la declaración del gobierno mexicano, todo es posible, desde el soborno descarado, como se aprecia en el caso de los detenidos en Nuevo León, hasta la traición a las instituciones nacionales como lo revela la detención del guardia de la Presidencia de la República.
Es menester mencionar que en octubre pasado, en Nuevo León 13 militares fueron degollados, igual que 8 militares descabezados en Guerrero, este mes, en una especie de venganza criminal por los golpes que la institución armada les ha propinado. Ninguno de ellos fue en combate lo cual revela una gran cobardía para sacrificarlos.
Nadie quisiera referirse a estos hechos pero así pinta la despedida del 2008.
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sábado, 27 de diciembre de 2008

Surada

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Atento de las noticias de la zona donde provengo, más oaxaqueña que los chapulines, por cierto, no dejo de recordar que a veces, donde no se puede tolerar el asfixiante calor, en el mes de diciembre se invierten los papeles: llueve o hace frío y viento.
Ahorita mismo, en 50 municipios de la zona centro de Veracruz, hay alerta debido al registro de evento de “surada”, como se le llama a la entrada de vientos del sur que rebasan los 50 kilómetros por hora.
Es probable que estas inclemencias afecten la zona de Córdoba-Orizaba-Zongolica, además de la región selvática de los Tuxtlas. En Tuxtepec, sin embargo, hace el mismo calor de siempre, pero su posición geográfica, puerta de entrada a las sierras Juárez, mazateca y mixe, le permite capotear mejor esta situación que a veces se presenta al terminar el año.
No así en el centro de Veracruz, de tan buenos recuerdos porque como a muchos de mi generación, en la época dorada cuando había bastante empleo en la zona y despuntaban la Fábrica de Papel y el Ingenio Azucarero, éramos asiduos a ir de compras, con la familia, a la zona textil veracruzana.
Eran Córdoba y Orizaba, pero también Ciudad Mendoza, Río Blanco, donde las textileras remataban sus prendas o las colocaban en ostentosas tiendas y grandes almacenes que para entonces los ofertaban en sus aparadores.
Recuerdo claramente – les hablo de los años sesenta- que la gente se arremolinaba en los almacenes Blanco, donde se podían comprar cualquier tela y artículos para el hogar. Tiempo después, recalaron en tiendas de autoservicio.
Encabezados por mi padre don Manuel, que hace 8 años se adelantó a la otra vida, viajábamos hacia allá en modernos autobuses de la linea Alas de Oro; también había autobuses, los de Sotavento, pero más hacia los Tuxtlas y Catemaco-, y nos alojábamos en Córdoba, La Ciudad de los Treinta Caballeros.
Tuxtepec era entonces un rancho grande, con apenas cuatro calles que partían el pueblo, donde se apersogaban los caballos afuera de las tiendas, pero no había dónde comprar ropa. La alternativa ideal, era viajar seis horas hacia el estado de Veracruz en lugar, obviamente, de subir las montañas hacia Oaxaca, capital, tras un martirio de todo un día. Imposible.
Por esta barrera física la gente de la Cuenca tenía poco contacto con el centro del estado, de ahí que se dijera, con una suerte de razón, que los tuxtepecanos nos queríamos parecer a los veracruzanos. Nada más falso, porque aún y cuando la Cuenca es una región geográfica y se respira una cultura muy particular que envuelve los principales municipios de la zona, incluyendo Oaxaca, somos oaxaqueños como el que más.
Sin embargo, en cuestiones comerciales, y hasta para conseguir buena atención médica recurríamos a Veracruz. En Orizaba estaba un hospital del IMSS de buen nivel donde se hacían cirugías, y muchas veces acompañé a mi madre, doña María, al quirófano, oportunidad que me permitía recorrer la larguísima calle principal de Orizaba, viendo de frente al volcán y aturdiéndome de frío combinado con el bullicio del intenso movimiento, porque siendo zona textil Orizaba – y Córdoba cafetalera- se movía mucho dinero y había hasta agencias de venta de automóviles.
En Córdoba, nos hospedábamos en el hotel Iberia, que enfrente tenía un negocio de tortas conocido como El Conejito, donde he probado las más ricas; al igual que los pambazos de Orizaba. Ahora, varias décadas después, a ambas ciudades las han invadido los tacos árabes, y transitar por sus calles en esta temporada es cosa complicada.
Una imagen que siempre que puedo la evoco acerca del respeto y confianza que generaban los servidores públicos, es que el día dedicado al Agente de Tránsito, el 22 de diciembre, los automovilistas y no pocos conductores de autobús, entregaban en propia mano a los uniformados de crucero ( con quiosquito de lámina para el sol y de banquito), diversos regalos, y se bajaban a darles el abrazo. Hoy estas imágenes quedaron en la historia, porque las instituciones se han corrompido.
La surada y el norte, su contraparte, siguen presentes en la zona, enfriando a veces el ambiente navideño. Que les sea leve a mis paisanos, amigos y familiares de allá, a quienes les envío un entrañable saludo.
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viernes, 26 de diciembre de 2008

Que no se vaya

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Estarán ustedes de acuerdo, pero uno de los meses que nadie quisiera que tuviera fin, es diciembre, porque en general se dedica al asueto y a tratar de poner en orden algunas cosas de la vida profesional y personal.
Ha pasado el boato, apenas contenido por la estrechez monetaria, del 24-25 de diciembre, pero aún no nos hacemos a la idea de que hay que continuar en la vida real. Sin embargo, ayer todavía, hubo el recalentado – pavo, pollo o unos modestos pero no por ello ricos, tamales- que reunió a las familias, a los amigos, a los compadres.
Mi aislamiento en San Agustin me lo ha impedido, pero disfruto saber que mis seres queridos están y estuvieron gozando con los suyos y acordándose acaso de uno, sin que esto sea regla porque uno se olvida –sobre todo cuando se está fuera del lugar en que vive- de las cotidianidades, y prefiere interactuar con otros, otras, conocer o reconocer lugares y reencontrarse con la familia, los amigos (as), compañeros de infancia, querencias de juventud y de más cerca.
Todo está permitido en estas fechas porque a nadie se le niega un saludo, un abrazo, los buenos deseos que a veces suenan a frase manida, pero que en su mayoría son sinceros. Hemos cambiado, las Tarjetas de Navidad, que hasta enviábamos a imprimir con nuestro nombre, por las electrónicas, si acaso; los mensajes SMS o las llamadas telefónicas.
Ya llevo 8 saludos por el correo electrónico, en una cosecha que a veces es magra o buena, según se haya uno ocupado de mantener amistades, contactos, etcétera. No siempre llegan los que uno quisiera; qué se le va a hacer, en la vida cambiamos amistades, querencias, afinidades por otras novedosas, intrigantes, frescas, según el talante de cada quién.
Con todo, los saludos por cualquier medio, son bienvenidos. En este caso, agradezco infinitamente los de los lectores, quienes pierden el oro valioso de su tiempo por enterarse de lo que hacemos y aunque no nos traten como personas, mantienen una especie de lealtad sobre los temas que buscamos explorar en el comentario y el análisis, si es que esto último les parece válido.
El bisiesto 2008 con toda y su mala fama de calamidades que se les endilga, no ha sido tan malo, aunque la crisis financiera sí que nos está golpeando. En el mundo hubo menos guerras, acaso porque se cumple el ciclo estadounidense de fuerte libre mercado, inaugurado por Nixon en el 68. Cuarenta años para que, salvo los gobiernos de Carter y Clinton, los republicanos Reagan y Bush nos trajeran a mecate corto a todos los países dependientes.
Han surgido otras economías emergentes sin embargo, China por ejemplo, que ha enterrado el marxismo- maoísmo por el libre mercado. Pero no vayamos tan aprisa, porque a la par de éxitos económicos, de pronto están cambiando los parámetros que han hecho zozobrar la teoría de Fukuyama de “El fin de la historia”, a raíz de la caída del Muro de Berlin. No han pasado 20 años y cuando muchos celebraban el triunfo del capitalismo rampante, ahora todo mundo, hasta los financieros graduados en universidades norteamericanas, empiezan a invocar la intervención estatal para salvar los bancos, las empresas, la industria; salvarse ellos, que tanto injuriaron la doctrina del viejo Marx.
Pero así está el mundo al revés; y una prueba es la elección de Obama, cuando nadie se lo esperaba. Donde no parece cambiar nada es en México, aunque las crisis hacen nacer nuevos liderazgos, otras visiones.
Alguien me decía que es paradójico que en un país con gente progresista, México tenga ya dos gobiernos de derecha, mientras en toda Latinoamérica hay gobiernos de izquierda, lo cual no significa que sean comunistas, porque saben nadar en las aguas económicas que les impone la economía internacional.
No quisiéramos que se acabara diciembre, porque nos negamos a sentir lo frío de la realidad ( lo frío del fierro, dirían los groseros), y hasta este informador se sale por peteneras sobre los temas duros, que sin embargo, siguen sucediendo. Ahí está lo de la ahora ex Señorita Sinaloa, y las matanzas, crueles, de soldados indefensos. Aprovecho para saludar desde este mirador, a quienes me han faltado. Que no se vaya diciembre ¿verdad?
Contactos: Ernesto_ reyes_647@hotmail.com
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miércoles, 24 de diciembre de 2008

Navidades

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
De pronto, casi sin sentirlo, ya estamos en navidades, con el dulce olor a tradición y celebraciones, muy modestas en su mayoría, pues acaso para esto nos deja el nubarrón negro de la crisis que ya asoma.
Este 23 de diciembre, que en otros años ya no lo disfrutaba en esta capital debido a mi viaje anual a la Cuenca del Papaloapan, para pasar la Navidad con mi madre, doña María Martínez, me coge resfriado y en cama; sin embargo, recojo el optimismo del suelo, porque no todos mis seres queridos están cerca y debo cumplir con mi trabajo. Es imposible también pretender que estemos todos juntos porque la vida lleva a cada quien por rumbos distintos. De cualquier modo, va hacia todos (as) un saludo y abrazo fraternal, donde quiera que se encuentren.
Aún con todo cada época, como el invierno que también nos alcanzó, tiene su estilo y su música; sus diversas formas de transitarla lo mejor posible. Y es lo que tratamos de hacer los oaxaqueños, olvidándonos por momentos de “la crisis con dimensiones globales”, como dicen los expertos, para vivir la intensidad de las tradiciones, de lo poco que nos queda entre lo religioso y pagano.
Terminan las Posadas y ya estamos en la Navidad, una fiesta entrañable del calendario cristiano. Aunque no todas las festividades y ritos navideños celebran el nacimiento de Jesús, muchas de ellas están relacionadas con el fin de las festividades del solsticio de invierno, acontecimiento celebrado por todas las religiones de la antigüedad.
Persisten discusiones dominadas por la religión por un lado y la ciencia por el otro, que ponen en duda la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo.
Desde que el monje Dionisio el Exiguo fechó el alumbramiento en Belén de Judea, el 25 de diciembre del año 753 desde la fundación de Roma – pues así se medía el tiempo entonces- y al comienzo de este año lo denominó como “año 1, a. D. ( siglas del Año del Señor ), mucha literatura se ha invertido para evidenciar las contradicciones de épocas entre los Evangelios de San Mateo y San Lucas; de la existencia de los llamados Reyes Magos y la estrella que supuestamente seguían. Hay hipótesis que afirman que la Estrella de Belén era un cometa, el Halley, observado durante el reinado de Herodes el Grande, en el año 11 a.c.
El científico Isaac Asimov ubica el nacimiento de Jesucristo de Nazareth, entre los años 8 y 4 antes del año 1 instituido por Dionisio el Exiguo. Sin embargo, nadie ha hecho un ajuste al calendario cristiano, porque no hay todavía una conclusión infalible.
Aún con todo, esta noche mucha gente se reúne en la Misa de gallo, llamada así por la leyenda sobre el ave que encaramada en lo alto del pesebre presenció el nacimiento. En las culturas paganas, el gallo era símbolo de fecundidad y renacimiento, anunciador del nacimiento del sol con su cacareo. Los romanos celebraban la saturnalia, fiesta en honor a Saturno, denominada del Sol invencible.
La tradición señala a San Francisco de Asís como el primero que recreó la escena del nacimiento de Jesús en 1223, en la villa italiana de Greccio. La cena era otra costumbre de las navidades medievales en la lucha contra la hambruna, sirviéndose un banquete para toda la comunidad que contenía guisos, entre los que destacaban gansos y el jabalí.
De igual forma, el árbol de Navidad es costumbre germana antiquísima, con la intención de propiciar el retorno de las plantas y la victoria de la luz sobre las tinieblas. Los adornaban con objetos brillantes y velas. Pero sería el obispo mártir San Bonifacio quien la instituyó en Alemania, popularizándose después en América del Norte e Inglaterra.
Esta costumbre la trajo a México, Maximiliano ( 1846-1867), pero después de su fusilamiento, la costumbre se apagó; sería hasta 1878, cuando Miguel Negrete- rival de Porfirio Diaz- adornó en la ciudad de México un árbol espectacular, que la gente acomodada empezó a imitar. Pero el adorno tomó fuerza en los años cincuenta del siglo pasado con la popularización comercial provocada por la radio y la televisión que empezaron a tomar auge.
En Oaxaca, nuestra tradición más original es la Noche de Rábanos, que ya lleva un siglo, preludio de la Noche Buena, que se espera así sea en todos los hogares.
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