martes, 16 de diciembre de 2008

Impuesto impopular

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Si se pudiera creer lo que el diputado Herminio Cuevas acaba de anunciar antes que concluyera la semana pasada, terminó en un fracaso estrepitoso la perversa intención de aprobar, por parte de la mayoría priista en el Congreso local, un impuesto impopular que tenía como objetivo cobrar a los médicos y a todo aquél que ejerza la medicina privada a nivel individual o como persona moral, el 2 por ciento de sus percepciones por sus servicios profesionales.
Si estuviéramos en un país – y en una entidad por ende- donde la familia de los funcionarios no se construyen clínicas de mil 500 millones de pesos, si se ejercieran con honestidad y transparencia los dineros públicos y si los servicios que proporciona el Estado estuvieran al alcance de toda la población y se prestaran de manera eficiente, la prestación de servicios privados de salud estaría destinada solamente para las clases privilegiadas.
Sin embargo, en un país donde es permitida la medicina privada como actividad legítima, es la población de escasos recursos económicos – más la gente adinerada, por supuesto- la que más acude al médico particular, a practicarse una cirugía, a arreglarse la dentadura o a atender a sus mascotas.
Esto ha permitido que la profesión médica llegue a ser en muchos casos, altamente rentable aprovechando paradójicamente, la ineficiencia del sistema nacional de salud que observa una tendencia, cada vez más acentuada, a privatizar los servicios o desaparecerlos, como es la intención de las políticas neoliberales en boga.
Pero el hecho de que haya muchos médicos y empresas que amasen enormes fortunas lucrando con el dolor, no justifica tampoco un gravamen de esta naturaleza porque como sucede con todo impuesto, el perjudicado finalmente es quien se ubica al final de esta cadena.
Además, no todos los profesionales de la medicina tienen una situación holgada, porque el desempleo también ronda los quirófanos y consultorios.
A partir de que empezaron a hacerse visibles protestas de los eventualmente afectados, quien dirige la Cámara Local ha tenido que explicar que en ninguna de las comisiones dominadas por priistas, obviamente, se había pensado aprobar dicho gravamen, porque estando en una época de crisis era mejor ampliar la base de contribuyentes y hacer otros esfuerzos recaudatorios que aceptar el nuevo impuesto.
El impuesto por servicios profesionales gravado con un dos por ciento de los ingresos totales, lo había sacado de la manga el gobierno de Ulises Ruiz a través de la Secretaría de Finanzas, y tenía especial dedicatoria para los profesionales de la medicina, incluyendo todas las especialidades como médico general, médico cirujano, veterinario y odontólogo.
Pero no bien se había difundido la especie, cuando en lo individual y lo colectivo, los interesados comenzaron a movilizarse para expresar por diversos medios su oposición al proyecto.
Les llamaba la atención que en la exposición de motivos de dicha iniciativa legal, se haya argumentado que los profesionales de la medicina ( es decir, todos) tienen evidente capacidad de pago, sin que se presentara – dicen los inconformes- un estudio socioeconómico que respalde esta temeraria apreciación porque en la mayoría de los casos la medicina privada se ejerce como complementaria ante los raquíticos salarios que se perciben en las instituciones del sector salud. Y esto en el caso de que tengan suerte o hayan tenido facilidades para conseguir una plaza como eventual o puesto fijo.
Sin decir nombres, pues en los colegios participa una baraja muy amplia de ideologías aunque también de intereses, los médicos han propuesto que en lugar de aplicar un impuesto que encarezca aún más los servicios, los promotores debieran bajarse el sueldo, ejercer con honestidad los recursos y optimizar los presupuestos.
Este lunes debió realizarse por las calles de la capital oaxaqueña una manifestación de rechazo a tal pretensión, exigiendo la cancelación total de dicha iniciativa porque acostumbrados a que los políticos cuando afirman una cosa hacen exactamente lo contrario, todavía existe el riesgo de que puedan aprobarlo a pesar de lo impopular del proyecto.
Por ello los médicos: hombres y mujeres de bien en su mayoría, están vigilantes. La sociedad también porque ahorita son los médicos, luego los abogados, los contadores, ¿pero los políticos cuándo?
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
Sociedadabiertareyes.blogspot.com/