martes, 12 de agosto de 2008

Escrutinio judicial

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Terminó con éxito aquí en Oaxaca el Curso Internacional “Derecho y Sociedad en Oaxaca”, organizado por diversas instituciones de educación superior y la Fundación para el Debido Proceso Legal, de la cual la abogada Katya Salazar es directora de programas.
En la entrega pasada ( Sociedad abierta, Noticias 07 de agosto) además de comentar el contenido del libro publicado por la Fundación “Controles y descontroles de la corrupción judicial”. Evaluación de la corrupción judicial y de los mecanismos para combatirla en Centroamérica y Panamá, abordábamos algunas cuestiones que interesan a los oaxaqueños tan desconfiados en el funcionamiento de su sistema de justicia.
Para Katya Salazar, en entidades federativas como Oaxaca hay un desbalance, porque si bien se puede estar a la vanguardia en algunos temas, como se ha publicitado, en otros estamos notoriamente atrasados.
La Fundación a la que pertenece Katya realizó hace un mes una misión a Oaxaca, en compañía de la Comisión Internacional de Juristas y miembros de la asociación Fundar, para verificar si los principios de la división de poderes se respetan en nuestra entidad. Particularmente recabaron información sobre la administración e impartición de justicia en el estado. ( Sociedad abierta, Noticias, 14 de julio)
No les fue muy difícil comprobar, según su Informe preliminar, que la entidad oaxaqueña sigue destacando por la falta de independencia e imparcialidad en su sistema de administración y aplicación de justicia, debido entre otras cosas a la preeminencia del titular del Poder Ejecutivo para el nombramiento de jueces y magistrados, además de los funcionarios. Esta situación empaña o pone en serias dudas la verdadera aplicación de la justicia.
Sin embargo, paralelamente, la Fundación para el Debido Proceso Legal ha trabajado en Oaxaca con algunas organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos – como se hace en toda América Latina –, mismas que lo hacen con grupos vulnerables , sobre todo, con mujeres, indígenas, niños y migrantes.
“Optamos –cuenta en entrevista la abogada- por trabajar con organizaciones pequeñas para darles una voz a estos grupos, y tratamos de que compartan estos temas. Trabajamos en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, en Cuzco, Perú, en Sucre, en La paz, Bolivia, etcétera.”
Porque al tiempo que la Fundación busca fortalecer la independencia de los sistemas de justicia, del área de rendición de cuentas, transparencia y acceso a la información, y aborda temas de la Justicia Internacional verificando si se aplica adecuadamente el Sistema Americano de Derechos Humanos y los protocolos de las Naciones Unidas y el derecho internacional, también tratan de fortalecer la capacidad de la sociedad civil para que ahonde en su preparación y en su capacidad de propuesta ante los órganos del Estado, y no solamente se quede en los niveles de crítica y de denuncia.
“Falta incidir más en la propuesta y la capacitación de muchos de los organismos que hoy son la voz de muchos sectores, que quedarse en los niveles de denuncia, porque así van a poder incidir en los cambios que se han venido impulsando”, refiere, en una sana reflexión sobre lo que sucede en Oaxaca.
Propone poner especial atención en los mecanismos de elección de jueces y magistrados. Aún cuando ya se dijo en nuestra entrega pasada que hay mecanismos de selección que han sido superados por la historia, en muchos países de América los miembros de un Tribunal o de la Corte, se eligen en procesos transparentes, abiertos a la ciudadanía, y además poco a poco están instalando mecanismos efectivos de rendición de cuentas y de transparencia en el actuar de los jueces.
Aunque uno de los argumentos que muchos poderes judiciales usan para decir que no pueden combatir la corrupción judicial es porque les faltan fondos, es decir, presupuesto, Katya Salazar afirma que lo que falta ante todo es decisión política de los gobernantes, empujados por una sociedad más vigilante, más exigente.
La abogada peruana habla de efectivas medidas de contrapeso, para que cualquier abogado que pretenda postularse a un cargo en el Poder Judicial sea sujeto de un estricto escrutinio público y de verificación ética por parte del sistema que lo piensa contratar.
Y nos cuenta un ejemplo. En el caso de los Estados Unidos, en la elección de los miembros de la Corte Suprema, el presidente es el que nomina a sus integrantes. Sin embargo, después de la nominación presidencial, en la prensa de este país comienza a aparecer la biografía, los datos, la trayectoria profesional y personal del postulante; incluso se publican sus datos financieros para saber cuánto dinero tiene, cuál es su patrimonio, dónde tiene sus cuentas, etcétera.
“El Congreso y la Comisión de Asuntos Judiciales lo entrevistan, pero no lo hacen de manera privada, sino pública, en audiencia, con gente. Le preguntan sobre temas cruciales, por ejemplo, ¿ y tú que piensas del aborto? Y dime ¿si llegara un caso de aborto a la Corte Suprema tú cómo decidirías? ¿Qué harías en este caso? ¿Qué te parecen los derechos de los homosexuales? Y qué te parece el cambio cilmático?”
Allá quieren saber a quién están eligiendo, y no solamente los miembros de la comisión del Congreso, sino sobre todo los ciudadanos.
Salazar cuenta que una vez el presidente George Bush presentó como candidata a la Corte Suprema a su abogada particular en Texas, y esta no pasó el proceso, porque no resistió el escrutinio público.
Pero así como en los Estados Unidos los mecanismos de contrapeso son tan fuertes y tan altos que difícilmente una persona que tenga algo que esconder, se permitiría que la postulen, si acá en México, en Oaxaca, la ley obligara a que un aspirante a juez, a magistrado, o a presidente del Tribunal Superior de Justicia difundiera su trayectoria ( incluso si como abogado alguna defendió a un narcotraficante), muchos de quienes tienen esta aspiración lo pensarían dos veces.
Por ello, concluye, es necesario que en Oaxaca exista una sociedad civil fuerte, que cuestione, que proponga modificaciones al Poder Judicial para que la justicia no se quede pasiva ante los avances que se están produciendo, cambios impulsados por la sociedad.
Los métodos que existen en diversos sistemas de justicia en el mundo para poner al escrutinio de todos, toda la información de los candidatos, garantizan que no cualquier persona llegue a dictar justicia. Es lo que debiera pasar en Oaxaca, en México, para disminuir y combatir efectivamente la corrupción judicial.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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