lunes, 9 de junio de 2008

Recuerdos de periodistas

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Una buena fecha para que viejos y recientes compañeros se volvieran a encontrar, constituyó el convivio convocado el sábado 7 de junio por la directiva de la Asociación de Periodistas Oaxaqueños (APO) con motivo del 30 aniversario de la fundación de esta agrupación.
No fue para recordar la vieja y absurda tradición del Día de la libertad de prensa, porque sabemos que esta estuvo vinculada con la pleitesía rendida por editores y patrones al gobierno de la República en turno. Si alguien lo celebra es porque se quedó anclado en aquellos tiempos. Se acostumbra celebrar ahora el 3 de mayo, Día Mundial reconocido por la Unesco.
El sábado me referí a los inicios de esta forma de organización que se dieron los periodistas a finales de los años 70, cuando estaba fuerte el autoritarismo gubernamental.
Acudieron los que tenían que hacerlo y tienen memoria de su organización, aunque también faltaron muchos que no se enteraron, o por falta de previsión no fueron convocados oportunamente.
El hecho de que haya comisiones que no asumen su papel desde hace un año en que fueron nombrados, evidencia la crisis por la que atraviesa la APO, porque las inercias y los malos hábitos son terribles.
Acaso sea tiempo- se vislumbró en el debate que con algunas intervenciones se delineó- para que vayamos pensando en la refundación de la APO que consistiría en un congreso de la mayoría de periodistas de la capital del estado y de las regiones que deseen participar para dotarla de nuevos estatutos, un nuevo sistema de cargos, pero sobre todo, de mecanismos efectivos de autofinanciamiento.
Con reminiscencias de otros tiempos algunos decían que muchos compañeros no asisten a las asambleas porque ya no existen mecenas entre el sector público que eran pródigos en viandas o banquetes– con recursos que normalmente no eran suyos, sino del erario- para mantener la atención y la participación de los integrantes de la APO.
Otros destacaron precisamente el hecho de que signo de los nuevos tiempos, en que la APO se ha independizado del poder público, es que a la celebración no acudieran funcionarios o políticos, sino que lo que nos comimos y bebimos fuera producto del esfuerzo personal de cada socio.
El compañero Ángel Soriano nos recordó que hace 31 años, cuando se convocó a la planeación de lo que más tarde se conocería como la APO (en torno a una mesa de los tradicionales portales del zócalo), concurrieron muchos de quienes jóvenes entonces, soñaban con quitarse el yugo de los editores, que con notables excepciones, se organizaban en asociaciones para cuidar sus intereses.
Así había nacido el DUO, Diaristas Unidos de Oaxaca, con la participación de los directivos de los diarios El Imparcial, Oaxaca Gráfico, El Informador ( llamado entonces El Fogonazo) y Carteles del Sur. Al DUO, eran convidados de piedra los reporteros y fotógrafos.
Pero cuando se empezó a vislumbrar una organización exclusivamente de los trabajadores, los editores se retiraron, evidenciando claramente la división internacional del trabajo, que en pocas palabras es la razón de la existencia de clases sociales que aprendimos en El Capital de Carlos Marx.
No obstante, la APO nació para luchar por el bienestar del periodismo oaxaqueño porque entre sus logros está haber contribuido a la profesionalización de quienes trabajamos en los medios y el hacer reconocimientos periódicos a quienes se han destacado por su trabajo periodístico. Hubo una época en que se consiguieron casas de interés social para socios, financiadas por el gobierno, ante la ausencia de garantías sociales.
Pero sobre todo, en la APO hemos aprendido a ser hombres y mujeres libres en pensamiento y acción, pese a las restricciones - por todos los intereses económicos y políticos que sujetan a los medios-, con que se llega uno a enfrentar durante su ejercicio.
El profesor Raymundo Villalobos nos recordó que 16 años antes que la APO naciera, en Ciudad Ixtepec con don Evaristo Cortés Ceballos, animó la fundación de la Unión de Periodistas del Istmo, que sin embargo tuvo una vida efímera.
Acá en Oaxaca, a pesar de que don Alfredo Feria Rincón sostenía la delegación local del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, al igual que el ingeniero Fernández del Campo, su membresía era muy exclusiva
Era más bien- ilustró- un club, con miembros del Ateneo Universitario donde se daban cita literatos y poetas.
Posterior al nacimiento de la APO, se formó la OPIO ( Organización de Periodistas Independientes de Oaxaca) para oponerse al talante liberal y de izquierda con que se conducía la primera organización. Muchos recuerdan que en los años setenta, producto de las convulsiones sociales que estaba viviendo el país, los medios también empezaron a configurar organismos con claro sentido social y latinoamericanista.
No es gratuito que la APO se relacionara con la UPD donde figuraban Antonio Karam, Magú, Rius, Helio Flores y tantos caricaturistas de izquierda que le habían dado vida a la revista La Garrapata, además de figuras como Miguel Ángel Granados Chapa, Eduardo Deschamps, etcétera, quienes habían sido víctimas del Golpe a Excélsior; de su lado estaba Luis Suárez, cubano él, al frente de la Federación Latinoamericana de Periodistas.
Producto de promociones profesionales, a este columnista le tocó participar enviado por la UPD, en 1985, en el cuarto curso del Instituto Internacional de Periodismo “José Martí”, celebrado en La Habana, Cuba, donde permanecí tres meses, donde además de conocer a profundidad el sistema socialista, hice grandes y entrañables amigos y compañeros (as).
A este curso asistieron además, en diferentes años, Wilfrido López Torres e Isaac Olmedo, este último enviado por el Sindicato.
Pese a un intenso periodo de divisionismo alentado por voraces editores, enchufados al poder gubenamental, la OPIO y la APO reconocieron posteriormente, que ganan más quienes provocan que personas del mismo gremio se estén confrontando porque olvidan la defensa de sus derechos. “Nos querían dividir”, en palabras de Raúl Castro.
Los atentados e intentos por amordazar a la prensa aquí y a nivel nacional, nos hicieron reflexionar y se zanjaron las diferencias. Un caso parecido se suscitó con el Sindicato; sin embargo, ahora estos organismos así como otras asociaciones como los de deportes, los reporteros de las secciones policiacas y hasta las de mujeres que han existido, hemos convivido y realizado actividades juntos, porque al fin comprendimos que la unión hace la fuerza.
Por esto en diversos actos, guardias de honor y hasta marchas, hemos caminado juntos porque comprendemos que el periodismo se debe a la sociedad y es a ella a la que debemos rendir cuentas.
En la reunión del sábado surgieron como siempre nuevas ideas y buenas intenciones. Esperemos que se retomen seriamente, porque muchos agravios han sufrido los periodistas en los años recientes, mismos que la APO debe darles seguimiento para que se aclaren, si es que al cabo de 30 años ha entendido su papel.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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