miércoles, 8 de octubre de 2008

Remesas en crisis

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
En pleno resfrío de la economía mexicana, como consecuencia de la crisis financiera en Estados Unidos cabeza del modelo capitalista que tanto elogian los tecnócratas del gobierno mexicano, hay preocupación por el desplome en un 12 % que este año está sufriendo el envío de remesas por parte de mexicanos que laboran en nuestro vecino del norte.
A Oaxaca y a otras entidades como Zacatecas, Puebla y Guerrero, expulsoras de mano de obra, les pegará fuerte con la consecuente disminución del nivel de bienestar y desarrollo en las comunidades.
De manera muy clara lo ha reconocido así el titular de desarrollo social, Ernesto Cordero, un joven funcionario al parecer bienintencionado, amigo de Calderón.
En aparente contradicción con el obeso secretario de Hacienda, quien ha negado impactos graves a nuestro bienestar, aceptó apenas en su comparecencia ante el Senado que en este rubro la economía mexicana ya está haciendo afectada.
Sedesol no podía negar que muchos mexicanos que reciben remesas corren peligro de caer en pobreza por la crisis económica.
Ante cuestionamientos y preguntas de legisladores de oposición con motivo de la Glosa del II Informe de Gobierno, Cordero aceptó que la desaceleración económica ha provocado la caída en las remesas –este año son 700 millones de pesos menos con respecto a 2007–, “sí va a afectar a las familias mexicanas que viven en pobreza alimentaria”.
Aseveró que en el país existen 14 millones de pobres “que no están en condiciones de comprar una canasta básica de alimentos; de ellos, 6 por ciento de las familias reciben remesas sí se verán perjudicadas”.
En el caso de Oaxaca, con varias regiones líderes en la recepción de envíos monetarios, la recesión norteamericana ha provocado ya la caída de remesas en un punto porcentual durante el primer semestre de 2008, pues según algunas estimaciones, se ubicaron en 607 millones de dólares, 7.3 mdd menos que en el mismo periodo del año 2007.
Cordero comentó que esto “nos debe obligar a pensar que habrá afectación en las familias mexicanas y debemos actuar en consecuencia; si bien únicamente 6 por ciento de las familias en pobreza alimentaria reciben remesas del exterior, no es una cifra tan grande como se pudiera pensar, pero sí es un número importante de personas que necesitan ser atendidas”.
Añadió que del total de remesas que se envían al país, 60 por ciento llegan a hogares considerados no pobres, pero en el momento en que dejen de recibir este dinero “es probable que algunas de estas familias caigan en condiciones de pobreza y por ello hay que estar muy atentos”.
Frente a esta situación que empieza a impactar a las regiones oaxaqueñas, particularmente la mixteca, las sierras Juárez, Mixe y Sur, además de los Valles Centrales principalmente, la Sedesol piensa ya en cómo resarcir estas pérdidas que se pueden tener en la medida en que a través de obras sociales y programas emergentes, puedan atenuar el impacto en las comunidades.
Pero no ha de ser todo, pues falta la parte correspondiente al gobierno estatal que muy poco ha hecho por dinamizar la economía en estas regiones. Lo más grave sería que como algunas organizaciones campesinas anticipan, muchos de los oaxaqueños afectados por la crisis inmobiliaria y financiera, pretendan regresar a sus lugares de origen a pesar de que saben que aquí no hay empleos, ni incentivos suficientes para quienes pretenden sobrevivir de algún modo.
Lo más preocupante es el empobrecimiento inminente de miles de familias que dependen únicamente del apoyo que le brindan sus familiares allende la frontera.
Por esta situación, el rostro de Oaxaca se ensombrecerá aún más.
Mucho más ahora que sabemos que voceros de organismos financieros mundiales como Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, han dicho que la crisis podría ser un punto crítico para muchos países en desarrollo ante la desaceleración del crecimiento y el deterioro de las condiciones financieras junto con la restricción monetaria.
Y como una sentencia maldita expresó respecto de lo que aquí comentamos: “La cruda realidad es que los países en desarrollo deben prepararse para una disminución del comercio, los flujos de capital, las remesas y la inversión interna.”
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
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