jueves, 4 de septiembre de 2008

¿ Asunto local?

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Me informan compañeros periodistas veracruzanos que en la entidad se corrieron versiones, algunas de fuentes confiables, acerca de que el pasado fin de semana el senador panista y ex candidato a gobernador del estado, Gerardo Buganza Salmerón habría sufrido un secuestro express en la ciudad de México.
El hecho – según fuentes extraoficiales y otras ligadas a la Legislatura federal-, indican que habría sido levantado entre el jueves y sñsbado pasado, antes de la Marcha “iluminemos México”, en la zona metropolitana del Distrito Federal y el Estado de México. De acuerdo con esta información, a Buganza le intentaron cercenar un dedo para exigir rescate, pero en cuestión de horas sus compañeros legisladores del PAN temerosos de su vida y por el escándalo que se armaría en contra del gobierno panista ante la Marcha Nacional contra la Delincuencia cooperaron con la familia del senador cordobés para pagar el rescate.
Por ello, Gerardo Buganza Salmerón pudo acudir este lunes 1 de septiembre con la mano vendada, a la entrega del Segundo Informe de Gobierno que hiciera el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño al Congreso.

Los rumores han sido muchos por ello: que le mordió un perro, que tiene animales exóticos en su rancho de Amatlán, que metió la mano debajo de un tractor mientras hacía barbecho, y que le cortaron un dedo para pedir rescate.
Frente a estas versiones que alarmaron a la clase política jarocha, porque es probable que Buganza se lance nuevamente por la gubernatura en el 2010, el diario Mundo de Córdoba manejó una entrevista con el diputado federal Mauricio Duck, quien reveló que el senador estuvo a punto de perder un dedo de la mano derecha en un accidente registrado el pasado domingo cuando intentó arreglar un tractor en su rancho.
Sea cierta o no la primera versión, el dato indica los niveles que ha alcanzado la incertidumbre en que estamos inmersos los mexicanos cuando es posible que a un legislador pudiera sucederle un hecho tan reprobable como éste, mientras en una desafortunada coincidencia con priistas de su calaña, el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, cuando le pidieron su reacción acerca de la Marcha en contra de la inseguridad, dijo que esta había sido contra Felipe Calderón porque la delincuencia organizada es responsabilidad de las fuerzas federales.
Bajo este criterio, las marchas fueron para protestar contra el narcotráfico no contra los secuestradores, extorsionadores, asaltantes, asesinos y demás especialidades delincuenciales que tienen asolados a veracruzanos, a oaxaqueños, etcétera, y no para que se ofrezcan respuestas de todos los niveles de gobierno ( el federal, estatal y municipal ) para mejorar las condiciones de seguridad de la población.
Declaraciones similares a la desfachatez del mandatario veracruzano leímos en los medios oaxaqueños, en boca de Ulises Ruiz, lo que indica que se trata de evadir el tema al manejar con bastante irresponsabilidad la especie de que el crimen es asunto exclusivo de la Federación y que a sus instituciones y fuerzas policiales de investigación les corresponde combatirlas, sin considerar que la recurrencia de ilícitos, como incluso lo reconoce el mismo Felipe Calderón, es una cadena que involucra a toda la sociedad, que afecta a todo el Estado y por lo tanto ningún nivel de gobierno puede excluirse de colaborar en el ámbito de su competencia y mediante una estricta observancia de la ley para no permitir que la delincuencia en todas sus expresiones se manifieste en la sociedad en general.
Después de la Marcha contra la Inseguridad, en su expresión oaxaqueña, sugerimos en este espacio que Ulises Ruiz nunca saldría a dar una explicación a la sociedad porque simplemente no le preocupa la seguridad de los oaxaqueños. Las voluntades de buena fe que marcharon el domingo, pueden comprobar esta aseveración ante cualquier instancia porque el gobierno oaxaqueño, responsable de tanta arbitrariedad y agravios tendría que empezar por su propia casa.
A propósito de las precandidaturas a la diputación federal por el distrito de Tuxtepec, retomo la reflexión del compañero periodista, reconocido ya como cuenqueño, Miguel Ángel Vásquez, que algo sabe de esto. Lo titula:
Calenturas tempraneras
Visto por extranjeros, México es un país políticamente surrealista. Es decir, que el comportamiento de quienes viven de la política carece muchas veces de la más elemental lógica..
Así por ejemplo, somos un país cuyos líderes políticos están siempre discutiendo como mejorar la forma de elegir a sus gobernantes, es decir, a ellos mismos. En otras palabras, se la pasan discutiendo leyes para dar la impresión de que somos un país o un Estado democrático cuando en el fondo ellos mismos saben que bajo la manga guardan métodos y dinero público para violentar las leyes electorales que recién aprobaron.
En ese gran contexto nacional que rumbo a la elección de diputados federales, en Tuxtepec suenan ya insistentemente los nombres de Eviel Pérez y José Soto, dos políticos hechos en el PRI, es decir, cortados por la misma tijera.
Ambos tuvieron ya su oportunidad siendo precisamente diputados federales y nada se recuerda de su gestión salvo el salto que desde ahí dieron al cargo siguiente.
Soto fue premiado como sub secretario de desarrollo industrial y comercial luego de perder por primera vez la presidencia municipal bajo las siglas del PRI y solo se presentaba a cobrar. Nada de desarrollo y nada de industria trajo para Tuxtepec. Eso sí, inauguró varias gasolineras y en su momento consolidó su liderazgo en la CNC cañera. Liderazgo que por cierto perdió con el apoyo de su hoy potencial contrincante.
Eviel es actualmente alto funcionario del gobierno estatal y no se conocen aún los resultados de su gestión a favor del desarrollo regional.
Así, su jefe, es decir el gobernador del estado ha venido a Tuxtepec a inaugurar gasolineras, unidades habitacionales y a supervisar la planta de etanol construidas por la iniciativa privada, pero de la inversión pública nada. No se han podido inaugurar en tres años ni la envasadora de chile de Bethania, ni la harinera de Valle Nacional y mucho menos los hospitales de Loma, Valle Nacional, Ojitlán y Soyaltepec. Puras promesas, pues.
Lo tragicómico es que falta más de un año para que termine el actual Congreso Federal y ya están pensando en la integración del nuevo para desde ahí, ahora sí, “sacar adelante” a Tuxtepec.
Para quienes ya están en campaña hay una pregunta clave ¿Dónde está el fruto de sus gestiones como no sea el incremento de sus personales cuentas bancarias?
Servido.
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