martes, 21 de octubre de 2008

Momentos decisivos

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
Esta semana se aprecia como decisiva para un tema que desata una gran polarización entre los mexicanos: el petróleo y la pretendida privatización de sus principales ramas.
Todo dependerá del avance o retroceso que en el Senado haya logrado la propuesta Calderonista que a vista de muchos, se ha venido desdibujando a raíz de las movilizaciones y la resistencia civil encabezadas por el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
Como no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, ha llegado la hora decisiva.
En tiempos en que la crisis económica empieza a golpear a todos los países; con una batalla perdida en seguridad; con una violencia imparable y con un conflicto magisterial –aunque focalizado en Morelos- que puede extenderse hacia otros confines, mal harían Calderón y socios en revivir otro conflicto, el del petróleo, a la delicada situación nacional.
En las comisiones de Energía y Estudios Legislativos del Senado, el PRI ha retirado su propuesta para crear empresas filiales a Pemex que permitía la incursión privada en áreas fundamentales, en un afán porque los partidos del Frente Amplio Progresista acepten suscribir por consenso las modificaciones constitucionales inherentes al tema.
En materia de contratos, los senadores pactaron garantizar que no se concederá a los particulares derechos sobre las reservas, dominio sobre los hidrocarburos ni control ni dirección de la industria.
Por el talante con que se presentan sus negociadores, el PAN parece que ha entendido que finalmente ya no pasó la propuesta original de Calderón y que más vale que aunque suavizadas, las reformas no sean rechazadas en su totalidad, y esto permita atemperar las protestas callejeras y en el seno del Congreso que ya ha anunciado López Obrador.
Es probable, por tanto, que al final, sean aprobadas reformas sin la profundidad de los cambios privatizadores iniciales, pero que dejen la puerta abierta en algunas ramas, en algunos aspectos, para la eventual participación de particulares en el negocio petrolero.
Hasta aquí a grandes rasgos, se podían apreciar los avances en el trabajo en comisiones, donde a vista de la opinión pública, no había mayores problemas por parte de los senadores Francisco Labastida, Graco Ramírez y Rubén Camarillo, representantes del PRI, PRD y PAN respectivamente.
Se espera sin embargo, que a partir de este martes cuando se discuta en el pleno, se fijen posiciones más duras por parte de legisladores de oposición para impedir cualquier resquicio que ponga en riesgo la definición nacionalista que desde 1938 dejó en la industria el general Lázaro Cárdenas.
No puede sin embargo condenarse a priori los preparativos que mantiene en vigor el Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo porque hay cuestiones sustantivas que están pendientes por definir.
Éstas se han alistado para reiniciar protestas fuera y dentro del ámbito legislativo, porque la experiencia histórica indica que si no hay una estrategia preventiva, pueden ocurrir sorpresas como que de última hora el gobierno y sus aliados, pretendan cometer un albazo, como pasó en febrero pasado, situación que dio pie a que naciera la resistencia civil con movimientos novedosos como el de las “adelitas”, integrado por valerosas mujeres.
De igual forma, se anuncian posibles protestas al interior de las cámaras si persiste la idea de que los partidos ( PAN y PRI), y sus aliados, pretenden planchar las reformas sin tomar en cuenta las aportaciones de los sectores nacionalistas de oposición.
Pero sobre todo, si los dictámenes tienen alguna orientación privatizadora. Para dar la voz de arranque, este martes al mediodía empezarán a concentrarse en la ciudad de México los simpatizantes de este movimiento para dar seguimiento, en su caso, a los legisladores que pretendan reunirse en sedes alternas al Congreso.
Es probable que de manera sorpresiva Calderón, el PAN y el PRI vayan con todo; pero también que todo termine en una reforma pírrica, que si bien no satisfaga a todos, tampoco enerve los ánimos de los sectores nacionalistas. El objetivo final, desde la perspectiva del gobierno es que se afirme la sensación de que finalmente algo se hizo para modernizar la operación de Pemex. Lo veremos en las próximas horas. Son decisivos estos momentos.
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