jueves, 27 de marzo de 2008

¿ Cuál inseguridad?

Sociedad abierta

ERNESTO REYES
“No ¡qué va!, ahorita no hay inseguridad en Oaxaca; inseguridad verdadera, cuando las “hordas” de la APPO y el magisterio estaban apoderadas de esta ciudad ( en el 2006); entonces sí morían ciudadanos porque se mataban entre ellos, con esas armotas que esgrimían en las manifestaciones, que eran de unos cuantos, y todos venidos de Atenco, de los ‘Panchos Villas’, de la UNAM, es decir, de fuera de la entidad, porque por la vestimenta que traían eran requete pobres y acá no; acá estamos jodidos pero no tanto. Hasta pobres e indígenas, nos importaron ésos altermundistas o como se llamen: sucios, apestosos, greñudos, mariguanos”.
“Y aunque los medios amarillistas ( El Noticias, La Jornada, el Universal, Reforma, Milenio, revistas como Proceso, etcétera), más los medios internacionales entre ellas agencias de prensa como AP, AFP, DPA, Reuters, CNN, Telemundo, Dallas Morning News, y noticiarios de radio como Hoy por Hoy, Detrás de la Noticia, etcétera), exageraban los números de las marchas, ésa gente no era de acá; eran maestros de Michoacán, de Chiapas, del Distrito Federal, movilizados por el mismísimo López Obrador y Gabino Cué en sus afanes de ser uno presidente de la República y el otro gobernador.”
“¿Y la justicia? Entonces en realidad no había; “justicia a su modo, la aplicaban ( los de la APPO y el magisterio) contra humildes carteristas y ladronzuelos, quienes nada más estaban jugando a los ladrones: “pobres”, los amarraban a unos postes, los bañaban de pintura, les ponían un letrerote diciendo: “soy ladrón”, y luego los golpeaban antes de llevarlos a las autoridades, donde al no tener culpa, pues los liberaban porque ésos de la APPO les habían violado sus derechos humanos”.
Éstas y otras “razones” se esgrimen ahora que vuelve a renacer el gastado discurso priista, como reacción virulenta a la petición del senador Gabino Cué en la Cámara Alta para que dicha soberanía exhorte al titular del Ejecutivo Federal, es decir, Calderón, a que en coordinación con las autoridades estatales, implemente operativos conjuntos en contra de la delincuencia organizada y combata la inseguridad pública que se vive en Oaxaca.
Esta información difundida desde la ciudad de México apenas terminada la sesión ordinaria del Senado - y mientras Calderón festejaba con Ulises en un campo de golf, el “renacimiento” de Huatulco-, resaltaba que Gabino había logrado que sus pares, aprobaran de obvia y urgente resolución dicho punto de acuerdo, cosa que no había logrado en dos ocasiones anteriores: los días 14 de febrero y apenas el 12 de marzo.
Pero dada la gravedad de los hechos que la semana pasada se habían presentado en materia de inseguridad – el secuestro en pocas horas de David Palacios y Rubén Villanueva, además del ataque contra la familia Zardáin Rodríguez, entre otros- los senadores secundaron finalmente la solicitud de Cué Monteagudo como una forma de solidaridad con el pueblo oaxaqueño ante la situación de inseguridad pública y el incremento de la delincuencia organizada.
En la tribuna tomaron la palabra a favor de esta propuesta los senadores Salomón Jara ( del PRD) y Luis Walton Aburto ( de Convergencia).
Pero ni bien se difundía la información, los testaferros locales empezaron a aullar de dolor porque Gabino, a la sazón también Secretario de la Mesa Directiva, había puesto en serio predicamento al gobierno de Ulises Ruiz en esta materia, exhibiendo su falta de voluntad para garantizar condiciones mínimas de seguridad para los oaxaqueños.
Falta aún que la Federación acepte el exhorto senatorial pero políticamente el golpe está dado, porque Gabino, y también por su lado diputados federales de oposición, están cumpliendo cabalmente su papel de velar por la tranquilidad de sus representados.
Ésta es la razón por la cual se escuchan desde algunos ámbitos, feroces ladridos en contra del ex presidente municipal hace dos trienios, ya que ante las voces que demandan por parte de varios sectores atacar a la delincuencia organizada que poco a poco se va a apoderando de la entidad, el tema se ha tomado de manera frívola, porque extrañamente los secuestradores y delincuentes no han tocado a un pez grande asociado con el gobierno.
Esto induce a pensar –malpensantes que somos –que además de la omisión y negligencia para actuar contra quienes ponen en riesgo la vida y posesiones de los oaxaqueños, pudiera haber complicidades locales en las corporaciones policiacas con las bandas que actúan impunemente.
Ahora se les llena la boca para reclamar desde su pequeñez frustrada que por qué Gabino no llamó a la intervención federal cuando el conflicto del 2006 y ahora sí lo hace, basados en su particular amnesia porque, si se recuerda, no sólo el legislador, sino muchos oaxaqueños, clamaron que la Secretaría de Gobernación interviniera, y aunque Carlos Abascal hizo varios intentos para un arreglo político, la negativa del gobierno estatal lo impidió; y luego sobrevino la intervención de la Policía Federal Preventiva, con las consecuencias ya conocidas.
Ahora, si observamos detenidamente, los afectados con los secuestros son empresarios o personajes incluso alejados del ámbito y las querencias del gobierno actual. Son emprendedores, en su mayoría, las víctimas, quienes quisieran que sus autoridades, sus legisladores, cumplan con su responsabilidad oficial, porque están obligados a ello.
Es muy mezquino que porque no provino de su ámbito, ahora critiquen a Gabino por alzar la voz para que se unan esfuerzos y vuelva la tranquilidad a Oaxaca. Es la revelación palmaria de un comportamiento aldeano e irresponsable de quienes se dicen defensores de los intereses mayoritarios. Señalan que Gabino quiere sacar raja política del tema.
Parte de este espíritu de linchamiento es el comentario de Salvador García Soto en Serpientes y Escaleras de El Universal: … “Vaya balconeada la que les puso el Presidente a los senadores oaxaqueños Gabino Cué y Salomón Jara. Resulta que en la comida que tuvo Calderón con el gobernador Ulises Ruiz, el martes en Huatulco, el mandatario comentó de pronto que le había llegado información “desde la ciudad de México con origen en el Congreso” sobre la grave inseguridad en Oaxaca. “Me dijeron allá en México que había problemas muy graves acá con la seguridad, pero me sorprende que aquí nadie me habló de eso”. En la comida había unos 30 invitados, y casi todos vieron la sonrisa, algo cínica, que se dibujó en el rostro de Ulises ante las palabras del Presidente de la República. Y más de uno murmuró aquello de que favor con favor se paga, por la lamida de botas que unas horas antes se había aventado el gobernador oaxaqueño al criticar en un discurso el populismo del perredista Andrés Manuel López Obrador y tirarse a los pies del Presidente y su reforma petrolera… “
Y claro que nadie le dijo nada a Calderón, porque horas antes se desalentó a los empresarios para no hacerlo y aceptar las promesas de mejorar la vigilancia policial; además, porque todos los que estuvieron cerca del visitante, en el Tequio y en Huatulco, eran acarreados, priistas muertos de hambre y empleados obligados. ¡ Cómo iban a protestar!, si en Oaxaca, la orden es: “No hay inseguridad, es invento de Gabino!
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