Sociedad abierta
ERNESTO REYES
El pasado 5 de agosto, la comunidad zapoteca de Santiago Lachivía, Yautepec, fue víctima de un agravio de los muchos que las fuerzas castrenses comenten cotidianamente en contra de civiles, con el pretexto del combate al narcotráfico que encabeza Felipe Calderón.
A pesar de que a nivel nacional se han levantado voces que condenan este tipo de operativos – sin planeación, utilizando a elementos de tropa con muy baja capacitación y sensibilidad para actuar en situaciones de riesgo- la desaforada carrera del gobierno federal para demostrar efectividad en esta lucha, genera este tipo de situaciones.
La noticia estremeció a la opinión pública oaxaqueña porque en el ataque, cometido al mediodía del pasado martes, fue asesinado el agente municipal de Lachivía, Cecilio Vásquez Miguel y el campesino Venancio OIivera Ávila, y dejando herido de gravedad al comunero Aurelio Ortega Pacheco.
Los testimonios narrados ante los medios de comunicación por testigos presenciales, algunos de ellos representantes comunales, no parecen dejar dudas de que aunque la Secretaría de la Defensa pretenda ocultar y negar lo ocurrido, con todos los agravantes que pudieran resultar si se hiciera una investigación seria, los responsables podrían ser integrantes del 6ª Batallón de Infantería con sede en la 44 Zona Militar con sede en Miahuatlán.
Y aunque de manera extraoficial se sepa que existen dos militares arraigados, la exigencia planteada ayer por el abogado de los comuneros, Víctor Ignacio Ramírez, es que la SEDENA reconozca el hecho y permita que a los autores, incluyendo al comandante que los encabezaba, sean sometidos a juicio por juzgadores del fuero común y no por la llamada justicia militar.
Aunado esto, la Unión de Pueblos y Comunidades Indígenas de Yautepec Oaxaca (UPCIYO), Tequio Jurídico A.C. y Transparencia para El Desarrollo Local A.C. han solicitado la intervención urgente de diversas autoridades federales y estatales así como de organismos defensores de derechos humanos para exigir una sanción ejemplar a los soldados que en mala hora dispararon en contra de los campesinos.
Según refieren los comuneros, el día martes 05 de Agosto, siendo aproximadamente las doce horas del día, aproximadamente 120 ciudadanos de esta comunidad se encontraban limpiando su milpa en diversos puntos de la parcela comunal ubicada en el paraje denominado “Tanilovia” cuando fueron rodeados y sorprendidos por elementos del Ejército Mexicano, quienes disparando al aire manifestaron a los campesinos: “Alto no se muevan”,“somos del Ejército”.
Los campesinos que se encontraban trabajando lejos del lugar de donde incursionaron los militares se alarmaron al escuchar los disparos y corrieron en diversos sentidos para protegerse. Al percatarse de la huída, los soldados dispararon hacia ellos hiriendo de muerte al agente municipal Cecilio Vásquez Miguel quien falleció mientras era trasladado a su comunidad para ser atendido, matando al comunero Venancio Olivera Ávila y lesionando de gravedad a Aurelio Ortega Pacheco quien se encuentra internado en el Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso” en la ciudad de Oaxaca.
Los comuneros que se quedaron en el lugar donde ingresaron los militares, sin correr y obedeciendo la orden, reconocieron que efectivamente eran elementos del Ejército quienes estaban uniformados de “pinto” camoflage, y uno de ellos llevaba pistola en la cintura, un arma corta en la mano y una etiqueta roja en el hombro. Los demás portaban armas marcadas con número de color blanco. Evaristo Belleza Ávila, Presidente del Comisariado de Bienes Comunales contó que les revisaron sus morrales, redes y pertenencias buscando armas de fuego sin conseguir nada y que al cerciorarse los militares de la muerte de sus paisanos abandonaron el lugar con rumbo a Miahuatlán de Porfirio Díaz.
El terror que sufrieron los comuneros no paró ahí, pues tras el ataque, horas después regresaron los soldados, estableciendo un retén en el paraje denominado “el borracho”, dentro del territorio comunal de Santiago Lachivía, y muy cerca de la población, ocasionando un clima de tensión en la comunidad, actos de intimidación, hostigamiento y violación a los derechos humanos en la región.
Tenemos información reciente – dicen-. de la presencia de un retén militar más, ubicado a un kilómetro y medio aproximadamente, sobre la carretera que comunica a la comunidad de San Baltazar Chivaguela con Santiago Lachivia.
En rueda de prensa celebrada este domingo y en documentos que ya han girado a diversas instancias, los habitantes y las autoridades de Lachivía piden no sólo la salida inmediata del Ejército de su territorio, y la indemnización a los familiares de los dos muertos y el herido, sino que se les finquen las responsabilidades y sanciones correspondientes al comandante de la 44/a Zona Militar, como responsable del operativo.
Y a la Procuraduría General de Justicia del Estado le piden una investigación real, exhaustiva e imparcial para ubicar, detener, procesar y sancionar penalmente a los militares, además que designe personal suficiente y especializado para que conjuntamente con el Agente de Ministerio Público de San Carlos, Yautepec, se sigan las investigaciones correspondientes en el fuero común y evitar que el caso sea turnado al fuero castrense que los convertiría en juez y parte.
Atender las demandas de los comuneros de Lachivía y castigar de manera ejemplar a quienes cometieron ambos crímenes, es lo menos que le corresponde al Ejército que por hechos sucedidos en otras partes del país, está manchando el buen nombre que ha tenido.
A la sociedad corresponde sumarse a las exigencias de las víctimas de este notorio abuso de autoridad que se trata de justificar o al menos esconder, en el marco de las acciones para combatir la siembra de enervantes. Esperemos que esta exigencia no sea desdeñada para saber si la justicia es pareja, como se afirma en el discurso oficial.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
http:/sociedadabiertareyes.blogspot.com
lunes, 11 de agosto de 2008
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