martes, 30 de diciembre de 2008

Agradecidos

Sociedad abierta
ERNESTO REYES
Muere poco a poco el 2008, en una ruta que a veces se hace larga, debido quizás a que ambas fechas, el 24 y el 31 cayeron entre semana.
En domingo cayó el día de los Santos Inocentes, costumbre que ya ha quedado añeja, a no ser por los engaños con que, si son de buen gusto, nos regocijamos a través de los medios de comunicación.
Pasadas estas ilusiones, aunque cualquier pronóstico de que nos va a ir mejor suene falsa, persistimos en la costumbre de que ante la inminencia del año nuevo se hacen pronósticos cargados más que de hechos reales, de buenas intenciones.
Hemos caído en la cuenta, por experiencia, de que nadie va a resolver las cosas y los problemas por nosotros mismos, mucho menos las autoridades, sean del partido que fueren.
Así las cosas, el 2008 nos ha dejado dos conmemoraciones importantes a los mexicanos: los 40 años de la matanza del 68, y las dos décadas de la caída del sistema del 88. Ambos episodios cuyo desenlace ha sido de enorme significado para la vida política nacional, que sin embargo nunca tuvieron responsables castigados por las justicias penal y electoral.
Es obvio, que tampoco tendrán castigo otros agravios sucedidos recientemente, como la gran represión oaxaqueña del 2006 y la guerra sucia electoral, con toda la cauda de dolor y coraje sobre quienes de forma directa sufrieron dichos agravios.
Pero no por ello hay que bajar la guardia, aunque estemos conscientes de que vivimos en un régimen que siendo dominado por los intereses del gran capital, nunca verá por el bienestar de eso que Jesús Reyes Heroles bautizó como “las grandes mayorías”, aunque el adjetivo esté mal usado y se haya convertido en uso cotidiano de nuestro lenguaje.
A pesar de que la situación económica empezó a hacer estragos en los bolsillos de los trabajadores, el 2008 es la antesala de la cresta de la crisis que empezará a apreciarse con mayor dureza, dicen los enterados, a mediados el año entrante.
Por el año que termina hemos de estar agradecidos porque primero nos permitió vivir y porque además de avanzar en nuestros proyectos y causas personales y colectivas, en el país quedó muy claro la decepción popular de estar padeciendo – y así hasta el 2012- dos gobiernos panistas cuyos integrantes traicionaron los principios enarbolados cuando eran oposición.
Para quienes creyeron que transitar del autoritarismo priista al acomodaticio panismo iba a ser solución a nuestros problemas, han sufrido una gran decepción.
Y para quienes nunca creímos que esta era la salida para nuestra situación, la secreta confirmación de que no hemos estados equivocados, sólo que la sociedad no ha estado lo suficientemente madura para empujar los cambios. Unos nos hemos quedado en las candilejas y otros en el proscenio del cambio, porque éstos no llegan solos; hay que procurar que lleguen con mejor organización, más trabajo y mayores sacrificios.
Por ello ahora que ya se escucha esa canción festiva, al ritmo de conga que en casi todo el país se canta el 31 de diciembre para despedir el año, es bueno tener conciencia de que si en el 2008 ampliamos la convicción, al menos nuestra y de los más cercanos, de que los cambios son urgentes, hay que redoblar esfuerzos en los 365 días que nos depara el tiempo. No hacer planes a largo plazo; esto es cosa de los políticos que creen tener la vida comprada.
Y hacer proyectos inmediatos, concretos, cortos, sobre cómo enfrentar las dificultades políticas, económicas y sociales en el aquí y ahora.
A nadie nos viene mal que para enfrentar lo difícil del 2009 trabajemos más duro, seamos más eficientes y más honrados, si esto significa estar en paz con nuestra conciencia. Lo demás, dirían algunos, viene por añadidura.
Mañana doy cuenta de los saludos de fin de año a este espacio.
Contactos: Ernesto_reyes_647@hotmail.com
Sociedadabiertareyes.blogspot.com/

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